Se acerca la fiesta del Pilar, en nuestro siguiente lunes ya habrá pasado, y esta fecha esta muy ligada en la provincia a lugares y celebraciones concretas, siendo una de las más conocidas y celebradas la Feria del Pilar de Boñar, con sus tratos y recuerdos, recogidos en una escultura que puede verse en la plaza.
Pero, durante mucho tiempo, cuando decías Boñar nunca faltaba alguien que recordara una de las letras más conocidas del folklore tradicional leonés, la Jota de Boñar, y todos conocen su famosa primera estrofa: "Dos cosas tiene Boñar, dos cosas tiene Boñar, que no las tiene León, el maragato en la torre y en la plaza el negrillón".
Pero entre las ‘plagas’ sufridas por esta provincia no fue menor la que en los años 70 afectó a los olmos (negrillos) y que también afectó a ‘ilustres’ negrillos leoneses, como los negrillones de Boñar y Velilla de la Reina, verdaderos símbolos de estos pueblos convertidos hoy en esculturas en madera para que recuerden a sus ancestros vivos. Pero no evitan que la jota tenga que reconocer que "dos cosas tuvo Boñar".
Viajar a Boñar, a través de su archivo, no solo es fácil es a su vez muy grato para Fernando Rubio que, por supuesto, guarda entre sus tesoros a la plaza de Boñar con su espectacular negrillón. También con el maragato histórico, pues también fue sustituido, reemplazado por otro nuevo. "Será una mirada placentera pues por vía materna desciendo del pueblo con el hórreo más antiguo de España: Las Bodas, que pertenece al municipio de Boñar. Recuerdo a mi madre relatar cómo iban, de jovencitas, sus hermanas y ella, a las fiestas de los pueblos cercanos: La Losilla, Palazuelo, Voznuevo, Grandoso y Colle, que como me gusta recordar, en esta última localidad nació en 1948 la intérprete de ‘Simplemente María’, la famosa radionovela". Y al ir hilando recuerdos reflexiona Rubio sobre como "es curioso ver como se cumple la teoría de los seis grados de separación, que sostiene que ‘cualquier persona está conectada a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos compuesta por cinco intermediarios".
Al hablar de los dos elementos más representativos de la villa, o al menos las de la jota, recuerda cómo los dos han sufrido cambios. "Ambos originales han desaparecido, uno por reemplazo y otro por consunción y muerte. El maragato original, el muñeco del tronco ‘de un peral de la huerta de Doña Tomasa’, que aparece en mis fotografías de 1971, ya no está, fue reemplazado en 2020 por una copia". Y recuerda su historia: "El origen de esta imagen data del primer cuarto del siglo XX, cuando un ingeniero astorgano, Bernardo Crosa, decidió rematar la torre con el típico maragato que daría las horas con un martillo. Por ello, encargó la escultura al carpintero del pueblo, Desiderio Cañón, quien esculpió el muñeco del tronco de un peral de la huerta de Doña Tomasa, tal y como recuerdan las coplas que hasta el día de hoy, 99 años más tarde, siguen sonando por las calles de Boñar. ‘Maragato de la torre, yo te conocí peral, de las hijas de Desiderio, eres hermano carnal’".
Pero el elemento más conocido de aquella plaza, por su espectacularidad y dimensiones, fue el desaparecido árbol, hasta el punto que con frecuencia se le llama a Boñar "la villa del negrillón" e, incluso, se sigue diciendo en nuestros días. Recuerda Fernando que de este olmo común (Ulmus minor) "se tiene constancia de su existencia en 1574, registrado por el párroco don Suero Alfonso. Fotografié el negrillón de Boñar en 1971, en su emplazamiento al lado de la iglesia de San Pedro. Hoy hacerlo ya no es posible pues el Negrillón es una extinta leyenda leonesa e inmortal símbolo del pueblo de Boñar, enfermó de grafiosis en 1980, secándose por completo en los 90 y el tocón muerto se desmoronó el 6 de enero de 2016".
Y el anecdótico recuerdo del ‘tercer elemento’ de Boñar es para una mujer que en aquellos años centrales del pasado siglo entraba cada tarde en millones de hogares como protagonista de la más famosa de las telenovelas, ‘Simplemente María’. Era su protagonista María Salerno, de Las Bodas, que con el tiempo participaría en otro programa legendario, en este caso de la televisión, el concurso ‘Un, dos, tres... responda otra vez’, del gran Chicho Ibáñez Serrador y en el que la leonesa era una de sus famosas azafatas.