Fernando, el otro Suárez

Es el último ministro vivo de Franco y un personaje de la vida social y política leonesa;en 1971 fue el primer galardonado como Leonés del Año, por la Cadena Ser. Acaba de publicar sus memorias: "Para que mis biznietos no crean que fuimos monstruos"

27/11/2023
 Actualizado a 27/11/2023
Fernando Suárez, su elevada estatura es evidente en esta foto, rodeado de jóvenes en la toma de posesión como alcalde de su hermano José María. | FERNANDO RUBIO
Fernando Suárez, su elevada estatura es evidente en esta foto, rodeado de jóvenes en la toma de posesión como alcalde de su hermano José María. | FERNANDO RUBIO

Cada vez que se celebra una nueva edición del Leonés del Año y Fernando Suárez González toma la palabra —en su condición de presidente del Jurado como ganador de la primera edición— siempre surge el mismo comentario en las mesas de quienes escuchan su discurso, sin papeles: "Qué falta le hace al Parlamento actual oradores como éste". 


De esa brillante oratoria también hecho gala en las últimas Cortes franquistas y las primeras de la Transición, en las de la dictadura en la defensa de algunas de las leyes consideradas ‘aperturistas’ como ministro de Trabajo y en las primeras cortes democráticas fue uno de los cuatro encargados de defender el Proyecto de Ley para la Reforma Política que, en definitiva, venía a ser la disolución de las Cortes franquistas desde las propias Cortes franquistas; algo que el político leonés define como las Cortes Destituyentes. 


Fernando Suárez González (León, 1933) tuvo evidente protagonismo en esta etapa, sus discursos le hicieron entrar en las quinielas sucesorias aunque él mismo desmiente que estuviera en la ‘terna de presidenciables’ propuesta al Rey de la que salió elegido Adolfo Suárez: "No es cierto, yo no estaba, los otros dos, elegidos por Torcuato Fernández-Miranda eran López Bravo y Federico Silva; aunque Torcuato tenía claro que el candidato era Adolfo (Suárez) pues era consciente de que era el único era el único que podía atreverse a hacer lo que hizo, la Transición, con gran audacia. Gracias a Torcuato" y aclara que fue "solamente una broma aquella frase de Torcuato de me equivoqué de Suárez, no se equivocó, ni mucho menos"; e ironizaba sobre su condición de ‘el otro Suárez’. «Soy ‘el otro’ en todas partes. En León soy el hermano de José María, que fue alcalde de la ciudad, y en Madrid el compañero de Adolfo».

 

Fernando Suárez. | FERNANDO RUBIO
Fernando Suárez. | FERNANDO RUBIO

Ya era Fernando Suárez una personalidad en la vida política leonesa en los setenta, cuando ‘el otro Fernando’, Rubio, plasmaba en sus fotografías el día a día de la ciudad. 2Realmente tuve mucho más trato, como es comprensible, con su hermano José María, que fue alcalde de nuestra ciudad en 1976 y 77 y al que fotografié en multitud de ocasiones y festividades tanto públicas como familiares" y de entre ellas destaca una de Fernando Suárez rodeado de jóvenes leonesas en la toma de posesión de su hermano José María como alcalde, en 1976. "Tenía fama de guapo y con aquella altura...", recuerda Rubio. 


Licenciado en Derecho primero había sido profesor de Derecho del Trabajo en la Complutense y en 1969 sacó la cátedra en Oviedo, la tierra de algunos de sus antepasados. Su abuelo paterno, José María Suárez, fue quien construyó en el alto de Pajares el Hotel Valgrande que posteriormente vendió al Estado para convertirse en el Parador de Pajares.  


Después de ostentar un buen número de cargos en el franquismo, en 1973 fue elegido procurador en Cortes (por el tercio de las familias) y en marzo de 1975 fue nombrado por Franco vicepresidente tercero y ministro de Trabajo, cargo que ejerció menos de un año pues en noviembre falleció el dictador. Sobre este hecho también ironiza el leonés, gran dominador del humor y la ironía: "El único ministro vivo de Franco, ‘especie a conservar’, como todos los últimos ejemplares de cualquier especie".


Y este último ejemplar ha querido dejar constancia de su paso por la política (y la vida) y su forma de estar en ella en unas memorias de reciente aparición, 800 páginas de recuerdos, reflexiones, ensayo histórico y opiniones que ha titulado ‘Testigo presencial’ y sobre las que da una curiosa explicación para publicarlas ahora. "No me gusta nada cómo se está contando la historia, por eso he querido dejar constancia de lo que yo viví, fundamentalmente para que mis biznietos no vayan a creer que fuimos unos monstruos". Con motivo de su publicación ha concedido entrevistas en las que analiza la época.


Un capítulo importante es aquella Transición, que él defiende y defiende aún más a Suárez. Como lo hizo en aquellas Cortes Destituyentes. Suya es, por ejemplo, la frase de "si alguien vota en contra de la Ley (de Reforma Política), vota en contra de que el pueblo hable", nada que ver, por ejemplo, con la opinión de Blas Piñar: "No estoy en contra de la reforma, pero la que propone el gobierno no es reforma, sino ruptura". 


La defensa de la legalidad de aquella reforma le costó al leonés duras críticas, por ejemplo desde el Diario Arriba, con un título que lo decía todo: "El error de Fernando Suárez", cuyo remate era: "Se ha producido la ruptura. Sus consecuencias son previsibles y previstas, y no tardarían en ser trágicamente experimentadas por todos. También naturalmente por Fernando Suárez".


Pero Fernando Suárez, siempre con ideas propias y una visión de testigo presencial de la actualidad, defiende una visión de la transición tal vez diferente a la que mayoritariamente se ha dado por ‘oficial’: "En el fondo, fondo, fondo, aquella derecha no se reconcilió con la izquierda; se reconcilió Adolfo Suárez con Santiago Carrillo y lo que representaban; es decir, el Gobierno de Adolfo se reconcilió con la izquierda tradicional". Y se muestra partidario de que siempre se aborden los análisis desde la realidad de los hechos. "Claro que la derecha es heredera del franquismo, si Alianza Popular la fundó Fraga; además, si vamos a comparar herencias, la del socialismo también merece su análisis y en ese campo estaríamos en empate, por decirlo en términos deportivos".


También en términos deportivos analiza la actualidad, que le parece preocupante: "España vive uno de los mejores momentos de su historia, en lo social, cultural y hasta deportivo; y lo están estropeando los políticos. El afán de mando provoca una división grave y preocupante en nuestra sociedad". Y hasta tiene una explicación de ese bajo nivel cultural en la política actual: "El sistema electoral de listas cerradas te obliga a estar en la lista de un partido y ahí te pone o te quita el cabeza del partido; así mucha gente de gran solvencia intelectual no está dispuesta a ir a pedir que le pongan en una lista".


Defiende el último ministro vivo de los gobiernos de Franco que hubo evolución en el franquismo a lo largo de los años pues, señala, "el régimen duró lo suficiente para que en su final no se recordara el inicio. La sociedad española se acostumbró al franquismo, que no era el régimen ideal y no lo quiero para nuestro país en la actualidad, por supuesto". 

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