El Palacio de los Guzmanes siempre gana

En 1970 la Diputación provincial abordó una importante obra de ampliación de sus dependencias que supuso primero utilizar los terrenos de un cuartel del Ejército y con el tiempo otros negocios, como el recordado El Bodegón

10/02/2025
 Actualizado a 10/02/2025
Abordar las obras de ampliación del Palacio de los Guzmanes supuso utilizar los terrenos que ocupaba el cuartel de Infantería Burgos 36. | FERNANDO RUBIO
Abordar las obras de ampliación del Palacio de los Guzmanes supuso utilizar los terrenos que ocupaba el cuartel de Infantería Burgos 36. | FERNANDO RUBIO

Pepe Sierra, que junto a su hermano Eloy regentaba el recordado restaurante El Bodegón, siempre contaba la misma historia al hablar del final del negocio en los años 70: "Es la única vez, que se recuerde en León, en la que la política derrota a los bares... dado que los políticos saben perfectamente de nuestro alto valor social". 

La anécdota tiene un porcentaje de broma, pero también otro, tal vez mayor, de realidad pues el negocio de estos dos hermanos, que habían ‘heredado’ de Pablo Gutiérrez —como recordaba Umbral en su ‘Crónica de las tabernas leonesas— estaba en los bajos del Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación provincial, y cayó víctima de la piqueta y la ampliación del Palacio en 1973. "No respetaron ni siquiera que estaban allí todo el día metidos los diputados; anda que no comieron callos", insistía Sierra. Como tampoco respetaron que en las paredes hubiera dejado plasmados varios murales el mismísimo Vela Zanetti, como pago de sus comidas.

Estamos hablando de los años 70, lo que quiere decir que el rico archivo de Fernando Rubio guarda imágenes de esta ampliación del Palacio de los Guzmanes. Es más, la despedida de los trabajadores de El Bodegón y la tienda de fotos Pim, pam, pum (que también fue víctima del mismo hecho) ya ha pasado por este rincón.
- Por supuesto que las tengo, ¡cómo no! si fueron un acontecimiento en la ciudad; pero en este caso te voy a aportar un texto que sobre ellas publicó en el periódico Proa el recordado Victoriano Crémer, con el título de ‘León, también es así’ y que decía:

"De las obras que la Diputación Provincial realiza su casa matriz, en ese glorioso, maravilloso y orgulloso palacio de los Guzmanes podría decirse lo que los cronistas de la época dijeron de las obras del templo de Salomón, de las murallas de la China, de la presa de Assuán y del jardín de Papalaguinda... ¡Se podría decir, pero no se dice!.. Y a fe que nada hay en León ni más sorprendente ni más misterioso que la Diputación Provincial, de profesión sus obras... Un buen día, como naciendo espontáneamente o al conjuro de los taumaturgos de la casa asoma su altísimo cuello de jirafa, la ‘pluma’ transportadora, imponiendo, sobre el fondo de la Catedral, su garabato grotesco; otro día es el tejadillo menguado, el andamio falaz que se impone a la bella severidad de la noble fachada y le da al paisaje urbano un acento medieval, gremial, como cuando los canteros gallegos venían a León a tallar sus piedras de Boñar, para componer la armonía de una ciudad maravillosa".

| FERNANDO RUBIO
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(Nota: La fotografía a la que hace referencia es la que aparece la esquina del edificio entre la calle Ancha y la calle del Cid con, dice Crémer) un andamio y tejadillo en madera). 

Así explicaba ‘don Victoriano’ aquel afán expansivo (que después quisieron llevar a Pallarés sin éxito) pues se les quedaban pequeñas las dependencias de un Palacio de larga historia, cuyos hitos fundamentales recupera Fernando Rubio: "El Palacio de los Guzmanes comenzó a erigirse en la segunda mitad del siglo XVI (1558) para alcanzar un estado completo o íntegro cuatrocientos veinticinco años después (1973). La traza general de la planta y la fachada principal llevan la firma de Rodrigo Gil de Hontañón".

El palacio fue adquirido por la Diputación Provincial en 1882 a los condes de Peñaranda de Bracamonte con el propósito de adecuarlo como sede de la institución, aunque en una primera fase también albergó el Gobierno Civil, las delegaciones de los Ministerios de Hacienda y de Fomento y el almacén de efectos estancados que ocupaba las arquerías del claustro.

En diversas remodelaciones posteriores trabajaron recordados arquitectos, como Juan Bautista Lázaro (el salón de sesiones);  Manuel de Cárdenas, en 1917, proyecta la elevación de los torreones y una nueva cornisa sobre la galería corrida de la fachada principal; en 1957 Juan Torbado Franco dirige varias obras de reparación. Finalmente hubo que esperar hasta estas obras entre 1973 y 1977 para rematar lo iniciado casi un siglo antes. En esa fecha, bajo la dirección del arquitecto provincial Felipe Moreno Medrano, se construyeron en su totalidad las alas norte y este, con frente a las calles del Cid y Pilotos Regueral, a la vez que se levantó el piso superior de los torreones que rematan la fachada principal.

Como arquitecto de la Diputación también trabajo, en 1990, en otro edificio emblemático de la ciudad, la Casa de las Carnicerías.

Son, por ello, los actuales inquilinos del Palacio de los Guzmanes deudores de un histórico y antiguo regimiento, una taberna y una tienda de foto-cine.

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