Trillar, un oficio convertido en recreación

La trilla fue un trabajo habitual en los pueblos de la provincia por el método tradicional, con la pareja de vacas, el trillo dando vueltas y vueltas... Ha desaparecido pero Fernando Rubio guarda las imágenes de los años 70

26/08/2024
 Actualizado a 26/08/2024
El agricultor dando vueltas y vueltas, sentado pacientemente en el trillo, mientras otro miembro de la familia remueve la mies. | FERNANDO RUBIO
El agricultor dando vueltas y vueltas, sentado pacientemente en el trillo, mientras otro miembro de la familia remueve la mies. | FERNANDO RUBIO

El verano, repleto de semanas culturales y otras actividades similares, es campo abonado de recreaciones de todo tipo: batallas, trabajos, ritos, bodas... Solamente en el último fin de semana se han celebrado vairias: Boca de Huérgano y Villamanín, entre otras. 

Uno de los asuntos más repetidos para las recreaciones son los viejos trabajos del campo y la agricultura en nuestros pueblos; y entre ellos se llevan la palma los concursos de siega (Prioro, por ejemplo); la maja (Boca) y, sobre todo, la trilla, seguramente porque este último tiene un componente de recuerdo agradable entre muchos niños y jóvenes, lugareños y veraneantes, que disfrutaron dando vueltas en los trillos, tirados por la pareja de vacas o de mulas, y hasta encargados del caldero en el que se recogía los excrementos de los animales para evitar que estoperara la mies.

A Fernando Rubio, sin embargo, lo primero que le despierta en sus recuerdos no es la faena en sí, que conoció en los pueblos de Los Argüellos en los que veraneó (Cármenes y alrededores) sino las palabras que se utilizaban en los trabajos y que corren el mismo peligro de desaparecer que la propia forma de trillar, que ya no se ve más que en las recreaciones pues la maquinaria acabó con el viejo método de dar vueltas y vueltas para, después, esperar un día con algo de viento y ‘espojar’, para separar la paja del grano.

Y esas palabras que vienen a la memoria de Fernando son, por ejemplo: "Yunta, uncir, trillo, mayal, parva, ceranda, aventar, ejido, gavillas, el acarreo de la mies, voltear la parva con la horca, aventar con la ceranda y ensacar el grano para llevarlo a la panera y la paja al pajar". 

La tranquila estampa, sentado sobre el trillo, es engañosa sobre la realidad de este trabajo y tal vez la responsable de la nostalgia del oficio. | FERNANDO RUBIO
La tranquila estampa, sentado sobre el trillo, es engañosa sobre la realidad de este trabajo y tal vez la responsable de la nostalgia del oficio. | FERNANDO RUBIO



También reflexiona Rubio cómo en aquellos años de su infancia y adolescencia no era consciente de la dureza de un trabajo que iba mucho más allá de subirse al trillo, arrear la pareja y disfrutar con las vueltas. "No valoraba entonces el duro trabajo, lleno de incertidumbre y sujeto a las veleidades del clima de los campesinos (agricultores o ganaderos). Por eso cuando leo que en muchos pueblos se hacen ‘fiestas de la trilla’, entiendo las buenas intenciones de evocar una actividad ya periclitada como tradición, aunque para mi, realmente no son más que simulacro de aquellos duros trabajos, es decir obligaciones, de sus antepasados, convertir en puro ocio lo que era pura faena vital".
  
Y recuerda Fernando Rubio un poema de un entrañable personaje y polifacético artista, Miguel Escanciano, pintor, poeta, cantante... que tiene un poema en el que recuerda el final de estos oficios. Es del año 2009, cuando las estampas que ahora recupera Rubio ya eran historia: "No hay campos donde los trigales / verdeen de luna / y al tiempo, al inexorable tiempo, / doren sus alturas a la calidez del verano. // Ya no hay siega, ni trilla / y el cantar de los pájaros que habitaron los oteros / vive de ausencia. // Tampoco hay paisajes, ni personas, / ni tan siquiera aquellas que se amaron / el día de la siembra. / Los niños ya ni existen. // No hay sonido de carro, no hay bueyes, / tampoco hay molino, / o molienda / o molinero".

Una realidad, ni buena ni mala, fruto de los tiempos, pues el viejo oficio ya solo es una recreación. 

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