Calles, cuerpos, predelas, frisos y entablamentos, columnas o áticos componen la estructura de comunicación que tan ingeniosamente se utilizaba siglos atrás, cuando la escritura y lectura eran patrimonio de unos pocos que a su vez debían transmitir las ‘verdades religiosas’ en las ceremonias litúrgicas. Esta importantísima función educativa y de adoctrinamiento justifica en sí misma el esfuerzo creativo y artístico que hizo que artistas de la talla de Juan de Juni o Gregorio Fernández volvieran a España cargados de tablas e imágenes representativas del programa iconográfico de la Contrarreforma.
León fue destino y campamento de trabajo del Maestro Juni, llegado en 1533 de Italia tras su estancia de aprendizaje de la mano de Miguel Ángel, Rafael o Alonso Berruguete. Allí comprende el equilibrio de la escultura –«un imaginero no es lo mismo que un escultor»– y recrea la línea serpentinata. Trabaja en San Marcos en la creación del Descendimiento o en la sillería del coro, en altos y bajos relieves o bulto redondo, y pasa a tener la categoría de Maestro. Interesa lo dramático, narrar en imágenes los relatos de la Biblia, la acentuación de atributos que den importancia a la transmisión de los Evangelios y su pleno entendimiento entre el pueblo llano.
En León, en medio de extensas laderas al sur de los Picos de Europa, en un recorrido que comienza en Yugueros y va descendiendo 76 kilómetros siguiendo el río Cea, se va desarrollando la interesantísima ruta de diez pueblos, con sus respectivos retablos renacentistas y tabernáculos de exquisita talla en el interior de sencillas iglesias. A través de los valles del Esla, el Cea y Valderaduey, las poblaciones de Cistierna, Valdavida, Villaselán, Valdescapa, Joara, Celada de Cea, Sahagún, Vallecillo y Gordaliza del Pino se suceden ofreciendo al viajero la experiencia de revivir en su contexto el encuentro con auténticas obras de arte de alto valor histórico y sociológico. Lo que hoy se percibe como una zona de baja densidad poblacional, en el siglo XVI era un área de enorme riqueza debido al altísimo valor de la lana merina que exportaban como materia prima para la elaboración de ricos tapices europeos que decorarían castillos, palacios y casas señoriales. A las armaduras de estas grandes piezas, también llamadas mazonerías, realizadas por carpinteros en madera de castaño, se le suma el trabajo de diversos oficios especializados, como entalladores que realizan los relieves, ensambladores que realizan la arquitectura del retablo, imagineros que hacen bulto redondo o pintores que desarrollan los programas religiosos que contrarrestaban los postulados de Lutero. Los estilos pictóricos responden a influencias flamencas, de más libertad en los desnudos, preciosismo en el detalle y gran uso del paisaje, e italianizantes, donde la representación del cuerpo predomina sobre el entorno natural.Esta rica colección de retablos se visita hoy siguiendo el programa cultural ‘Festival de Música y Teatro’, con representaciones teatralizadas y conciertos, que la ‘Ruta de los Retablos’ ha diseñado en colaboración con la Junta de Castilla y León, la Unión Europea y el Ministerio de Cultura y Deporte, siguiendo el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, pero sobre todo gracias a la colaboración de todos sus ayuntamientos y de la especial cooperación de su embajador, Jesús Revilla, y la Asociación de Amigos del Patrimonio leonés Promonumenta. La Diputación Provincial, a través del Instituto Leonés de Cultura, conjuntamente a la Universidad de León, ha editado estudios realizados por Joaquín García Nistal y Vanessa Jimeno Guerra publicados por esta editorial. La visión de futuro y el compromiso ciudadano hicieron en su día que la Asociación Balle de Scapa y Promonumenta, junto con Máximo Gómez Rascón del Obispado de León, Siro Sanz y Ramón de la Poza realizaran las gestiones necesarias para la consolidación de la ruta y sobre todo para la gestión de un programa de subvenciones y mecenazgos que pudieran contribuir a la restauración de varios de ellos, ya que el paso del tiempo había dejado sus estragos.El mayor enemigo de un retablo son las flores que adornan las iglesias, pues son portadoras de hongos y organismos, lo mismo que las velas, por razones obvias de riesgo de incendio sumado a la suciedad que produce el humo. Estas son normas de obligado cumplimento para unas buenas prácticas en la conservación de este patrimonio a salvaguardar, sumándose al cuidado de los elementos abrasivos utilizados para su limpieza.Mención especial merecen los sagrarios o tabernáculos que presiden alguna de estas piezas: el de la iglesia del Cristo Rey, modernista de estilo ferroviario firmado por Jesús Torbado, de Cistierna, bellísimo ejemplar obra de Pierres de la Fuente, representando con relieves escenas del Cristo Crucificado, que se abre completamente mostrando otra perspectiva igualmente rica, o el sagrario de la iglesia de San Andrés, de Joara, policromado y esculpido.
La labor incansable de los ciudadanos de Villaselán para no dejar en el abandono estas joyas legadas del pasado creaba en 2013 la Asociación Cultural Fonsagrada, que decidió recuperar del ataque de los xilófagos el magnífico retablo de la iglesia. Hispania Nostra lo incluyó en su famosa Lista Roja y ocho años después, tras las oportunas acciones de restauración, ha sido devuelta sana y salva a la Lista Verde.
Estos ejemplos magníficos de retablos del siglo XVI en el Este de León son la muestra viva que ha llegado hasta nuestros días por la perseverancia de generaciones que han cuidado de ellos, aunque se tiene constancia de que existía una importante actividad artística en la zona. Figuran más ejemplos de retablística renacentista en lugares dispersos de la geografía, configurando una tipología patrimonial muy singular y poco conocida hasta el momento, habida cuenta de que su divulgación se encuentra aún en fase de crecimiento. Recientemente se ha producido un importantísimo respaldo al trabajo de configuración de esta Ruta visitable, en forma de Premio Visión, que concede la Asociación Internacional de Periodistas Latinos de Turismo, único en España (y compartido con el internacional que se concedió Egipto por las pirámides).
Nombres como Juan de Angers, Guillén Doncel, Juan de Villacorta, Lorenzo de Ávila y otros importantes artistas y artesanos firman piezas o aparecen en la nómina de importantes talleres de los que sólo se conservan fragmentos hoy en día en el Museo Catedralicio Diocesano de León. Los retablos son el resultado del trabajo conjunto de especialistas de diferentes oficios, cuyas tablas son realizadas en su mayoría con la técnica de óleo narrando escenas bíblicas con una clara intención didáctica y ejemplarizante, emotiva, como si de un auténtico libro abierto en imágenes se tratara.
La Virgen y el Cristo son protagonistas presidiendo generalmente los conjuntos, que responden a tipologías renacentistas muy diversas, combinando las más platerescas, clasicistas o manieristas. La riqueza de motivos decorativos en columnas abalaustradas convive con esculturas con mayores volúmenes, o bien retorna a un modelo más clasicista en sus órdenes, no existe una tipología estandarizada ni correlativa en esta serie, de ahí la sorpresa y la diversidad en cada visita de la histórica, bella y artística ruta. Cada vez más frecuentada, esta modalidad de turismo cultural es el resultado de una buena planificación desde la sociedad civil agrupada en asociaciones más la colaboración de las instituciones públicas. El Patrimonio Cultural sirve como excusa para un nuevo asentamiento de jóvenes que atienden aspectos como el guía turístico, los alojamientos, las vistas teatralizadas o la hostelería. Lo que hace no tanto se veía como un ‘problema’ se ha convertido en una oportunidad, devolviendo a estas zonas la actividad y la ilusión, ofreciendo a la vez un nuevo concepto o manera de vivir la cultura.
Marina Sánchez es la delegada en León de la asociación Hispania Nostra.
Educar desde las imágenes: el libro renacentista
Ruta de los Retablos Renacentistas del Este de León
11/07/2023
Actualizado a
11/07/2023
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