Que laSemana Santa leonesa sea hoy como es, se debe, por encima de todo, a los papones que, a lo largo de la historia, la han ido conformando y transmitiendo de generación en generación. Por eso resulta fundamental que nuestras cofradías cuiden el mayor de sus tesoros: su patrimonio humano.
LNC Cofrade ha querido conocer cómo es, en la actualidad, la atención que las penitenciales leonesas procuran a sus hermanos, para lo que hemos acudido directamente a las dieciséis. Todas ellas han respondido a las breves preguntas que les hemos planteado, excepto Angustias –que no las ha contestado– y Jesús –que no nos ha atendido–, a pesar de haberlo intentado en varias ocasiones. Conste, pues, nuestro agradecimiento. Sea como fuere, hemos logrado reunir la información necesaria –aunque tal vez no tan precisa como nos hubiera gustado– para la elaboración de este artículo, que busca tan solo ofrecer una visión general de conjunto.
En el mundo actual, imposible de entender sin la tecnología, lo semanasantero no se queda rezagado: las cofradías, en general, coinciden en que la atención a sus hermanos se lleva a cabo cada vez más –sobre todo en el primer contacto– a través de correo electrónico o redes sociales. Los motivos más habituales tienen que ver con gestiones ordinarias de secretaría y tesorería: altas, cambios de domicilio o de número de cuenta… Y aunque hay ‘movimiento’ a lo largo de todo el año, aumenta considerablemente a medida que se acerca la Semana Santa, sobre todo a partir de las Navidades, y muy especialmente en Cuaresma.
Pero, más allá de dar respuesta a los hermanos a través de estos medios, las cofradías coinciden también en la importancia que tiene la atención presencial. De hecho, disponen por lo general de instalaciones dedicadas a tal fin –casas de hermandad, secretarías, sedes sociales…–, bien de uso exclusivo –el ejemplo más reciente es la ‘casa de la cofradía’ del Sepulcro, inaugurada el pasado 4 de febrero–, bien compartidas –por ejemplo, con la parroquia–, de cuya apertura suelen encargarse miembros de las juntas de gobierno.
Y, además de para atender a los hermanos, es habitual que tengan también algún otro uso: para las juntas de seises, como almacén… Algunas penitenciales abren cuando lo necesitan, mientras que otras, además, cuentan con un horario más o menos estable durante prácticamente todo el año.