Algunos no lo recordarán y otros no lo vivieron. En 2004 la Semana Santa, salvo en esas fechas, apenas despertaba interés en los medios y las cofradías tampoco se prodigaban demasiado –impensable era tener un vocal de prensa–. Al tiempo, la dimensión cultural era poco menos que un desierto, los carteles –eminentemente fotográficos– salían sin más, el pregón oficial –el único existente– repetía clichés y pregoneros alejados de los papones y las guías de procesiones eran una sucesión de itinerarios sin mayores pretensiones.
Hace veinte ‘añazos’ –así se nos antoja a quienes los vivimos ‘a pie de obra’– ese panorama comenzaba a cambiar con el nacimiento de la Asociación La Horqueta, un colectivo integrado por jóvenes papones bajo el denominador común del amor por la Semana Santa y un insaciable deseo de cambio.
Así, el 25 de febrero de 2004 echaba a andar en una Red aún en pañales el primer medio de comunicación semanasantero leonés: La Horqueta Digital, un empeño de Pablo J. Álvarez que arrastró a un grupo del que Xuasús González y quien suscribe fuimos las caras más visibles. A aquella web, con información de primera mano, opinión –mucha opinión–, publicaciones anuales como ‘Palabra del Señor’ y ‘Recuerdos’ y absoluta libertad de expresión en un foro que nos granjeó no pocos enemigos, le siguió una asociación que se presentó en la Catedral con ‘Las esencias de nuestra Semana Santa’.
Sin respiro, en 2005 se inició la jornada de exaltación ‘Vísperas’ en la que se presentaba el cartel –encargado a un artista–, se entregaba el Premio ‘La Horqueta’ y se pronunciaba el Pregón Cofrade, todo ello con intervenciones musicales y escénicas alejadas de las consabidas bandas y que variaron en cada una de las diez ediciones celebradas.
Mientras tanto, en 2007 salía a la calle la original guía ‘Papones de acera’ que, a pesar de haber desaparecido, ha dejado tal denominación en el vocabulario cofrade de la ciudad y el primer monumento semanasantero en sus calles, este de acero. También ha quedado la impronta de los ‘horqueteros’ en las tribunas pregoneriles, en distintas publicaciones, en no pocas iniciativas surgidas posteriormente –LNC Cofrade es buena muestra de ello– y, en suma, en una forma muy característica de entender la Semana Santa que, sin caer en la exageración, cambió para siempre sus aspectos cultural e informativo.
Por Carlos García Rioja