Huelga decir que la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo son clave en la fe católica. Y eso, naturalmente, tiene su reflejo en el ámbito educativo, recogido de una u otra manera en los currículos de ‘Religión Católica’ –desde Educación Infantil hasta Bachillerato–, determinados por la Conferencia Episcopal.
Es esta un «área o materia (…) de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos y alumnas», si bien no existe una asignatura alternativa para quienes deciden no elegir Religión Católica, lo que, de entrada, supone un esfuerzo mayor para los que sí la cursan.
En lo relacionado con los momentos centrales de nuestra fe, muchos docentes –más allá de sus clases– aprovechan adentrados ya en la Cuaresma para realizar con sus alumnos –especialmente con los más pequeños– actividades que se salen de lo habitual. LNC Cofrade ha sabido de la labor que se realiza en algunos centros –no solo de la capital, sino también de otras localidades–, en muchos casos la elaboración de pasos y papones de pequeñas dimensiones, que suelen ser expuestos en los propios centros; aunque hay en donde se han podido ver hasta capirotes de cartulina. El Peñacorada, por su parte, organiza –entre otras iniciativas– su propio ‘Pregón escolar’; y ha llegado, incluso, a realizar un via crucis procesional por el jardín del colegio con el Crucificado que se encuentra en su capilla a hombros de los alumnos y el acompañamiento musical de la extinta Banda de Cornetas y Tambores de Angustias.
Hay colegios –caso, por ejemplo, de San Claudio– en donde queda patente la presencia de una cofradía en su barrio: alumnos de Primaria colorearon dibujos de papones –colocados después en los corchos del pasillo–, y no fueron pocos los que optaron por el negro y el azul celeste de la Bienaventuranza.
Son estas, en todo caso, iniciativas que suelen resultar del agrado de profesores, alumnos y sus familias, contribuyendo, además, a dar visibilidad a la asignatura. Y más aún si –como en el caso de La Granja y del González de Lama–, tras ser expuestos los trabajos en el colegio, son después mostrados en los escaparates de distintos comercios –este año, más de una quincena– del barrio.
De esta manera, además, se consigue también que los más pequeños se acerquen al mundo cofrade, al que muchos –sin que aún lo sepan– se acabarán ‘enganchando’…