Los personajes del tío Ful: Paco Romo, fundador de 'Los mocheros'

Cada primer domingo de mes, llueva o nieve, a las 10 de la mañana aparecen en la bolera de San Marcos unos cuantos voluntarios —"8, 10, 20... depende"— que dedican la mañana a recoger la basura de los márgenes del Bernesga. Así lo hacen desde el año 2015.

Nadie les convoca. No pertenecen a ninguna asociación, ni colectivo, ni partido... son ‘los mocheros’, los Amigos del Mocho, una ejemplar historia en la que tiene mucho que ver Paco Romo, Paquito para los culturalistas que le recuerdan como lateral derecho del equipo de la capital.

- Yo tenía la costumbre de salir a pasear con mi perro por el Bernesga y llevaba una bolsa para recoger la basura que encontraba. Es algo que hago habitualmente, si voy al monte y veo basura la recojo...

Y en uno de esos paseos ‘ecológicos’ se encontró con José Luis —con el tiempo,otro mochero— quien le felicitó por la iniciativa de limpiar las orillas del río. «"Y hablando surgió la idea de hacerlo de manera periódica, de abrirlo a más gente y con el boca a boca, las redes... el primer domingo de mayo de 2015 realizamos la primera limpieza, hasta la actualidad".
- ¿Y el nombre?
- Pues empezamos a pensar en él y fue José Luis quien propuso el nombre de Los amigos del mocho, que caló bien, y de ese nombre derivó que a quienes habitualmente venimos nos llamen ‘los mocheros’.
- ¿Cuántos sois?
- No hay un número fijo pues es libre. Unas veces 8, otras 12... en una ocasión especial, de aniversario y con más publicidad, pasamos de 40, pero no es lo habitual. En noviembre, en un día frío, éramos ocho.
- ¿Y lo más raro que habéis recogido?
- De todo. A mí lo más extraño me pareció una caja llena de gallinas muertas.

Y se va Paco Romo, Paquito en el fútbol, en su bicicleta, habitual por la ciudad. Muy activo, también es pintor, entretenimiento en el que se refugió durante la pandemia. "Tengo el garaje de casa ‘empapelado’ de cuadros, habrá más de cien".

Y es que no puede pasar quieto este deportista, pintor y funcionario en la biblioteca pública, por la que pasan al día miles de leoneses que no saben de esa faceta de ‘mochero’ de Paco.