Los personajes del tío Ful: Rebeca, luchadora

Es la permanente sonrisa en el corro y la grada que también da el salto a la rabia cuando algo no le sale bien. "Es cierto que algunas veces lloro de impotencia o no sé qué, cuando no he luchado bien, he cometido fallos... pero después de acabar el combate, fuera del corro, porque no quiero mientras lucho ningún gesto que pueda parecer antideportivo o de protesta... así me lo han enseñado y así lo quiero hacer". Y es que Rebeca Martínez cree que casi todo lo que ha logrado en la lucha leonesa, que ya es mucho pese a tener solo 15 años, se lo debe al hecho "de haber tenido los mejores maestros posibles: Hector El Divino cuando comencé en el Club de Campohermoso, y ahora Rubo Fierro, en el Valle del Curueño. Para los dos luchar bien es muy importante, y ser deportista aún más".

Rebeca ha ganado todo en las categorías inferiores pero en su primer año en senior ha sido la revelación de la temporada al ganar, con solo 15 años, el corro de León y también llevarse la victoria en el Campeón de Campeones, lo que propició que se llevara el trofeo que cada año concede la Asociación de Pendones al final de temporada: Luchador Revelación 2022. (En su caso sería luchadora pero ‘luchador’ se refiere a que es un premio para las dos modalidades: masculina y femenina, siendo además la primera luchadora en ganarlo desde que se instauró y sucediendo a luchadores como Fierro II, Chelín García el de Puente Almuhey, Adri el de Villavente o Fer Rodríguez).

Rebeca Martínez compite la mayoría de las veces por la tierra de su padre Óscar, la Matica (La Mata de la Bérbula), donde comenzó a luchar, pero también lo hace por Matallana de Torío, el pueblo de su madre Anahí y donde pasa mucho tiempo y tiene el privilegio de ser la primera luchadora de Canseco, tierra de su abuelo Tines, ya fallecido pero siempre presente para ella y uno de los personajes más entrañables y conocidos del valle del Torío después de toda una vida en la empresa Reyero, como cobrador y chófer. Así es Rebe ‘la niña de las tres sangres’.

Tal vez ahí también resida el misterio de tanta raza en el corro.