Los personajes del tío Ful: Gonzalo Villacorta, pastor vocacional

Vivió entre el ganado desde los 4 años, con 8 ya lo pastoreaba y con 12 se hizo cargo del rebaño, que creció hasta las 2000 cabezas gracias a su oficio de pastor, que no es lo mismo que "arreador"

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
03/02/2024
 Actualizado a 10/02/2024
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Gonzalo cuenta emocionado, y no para, una gran cantidad de misterios del oficio de pastor, trucos para entender el ganado y controlarlo: «¿Sabes porqué até a esa oveja cuando llegasteis? Pues para que no se muevan las otras y nos dejen tranquilos durante la entrevista porque la que até es la líder y si ella no se mueve no se mueve nadie», espera a que el tiempo le de la razón, que se la da, y te hace una pregunta: «¿Tu sabrías qué ovejas están preñadas y cuáles son machorras? Es muy fácil, las llevas a la orilla del río, que siempre hay un camino, y las dejas. Las que siguen el camino hasta donde haya un paso es que están preñadas, las que cruzan el río no lo están, no falla». 

"«Con 4 años mi madre me llevaba en una canastilla con el rebaño"

La pasión de Gonzalo por el oficio de pastor nace en su infancia, en Villamartín de Don Sancho, su pueblo. «Es que lo mamé. Siendo un niño, de solo cuatro años, mi madre me llevaba en una canastilla con el rebaño y me dejaba allí, viendo a las ovejas y las cabras. Después, con ocho años ya iba yo con ellas y con 12 años ya me había hecho cargo del rebaño, yo compraba y vendía, decidía en todo».

Y así fue como con un par de décadas se hizo con un rebaño de 2.000 cabezas, 1200 ovejas y 800 cabras pero... «me casé y a mi mujer no le gustaba nada el ganado, dijo que sí se quedaba en Villamartín pero a la primera semana de casados ya me esperaba con un guardia para que pidiera el ingreso en el cuerpo, pero no quise». Y gracias a sus conocidos como guarda del coto de caza acabó como encargado de la urbanización Mansilla del Esla. «Lo hacía todo yo, arreglaba todo lo que se estropeara porque a mí se me dan bien todos esos oficios». 

Pero hay un oficio que lo llevaba dentro y nada más que se jubiló compró «unas pocas» ovejas que saca cada día al campo, practica los trucos del oficio que conoce y recuerda como nadie, pronto tendrá un mastín y un carea, «que no me hacen falta pero es lo suyo», porque siempre tuvo claro que su vocación siempre fue la de pastor. 

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