De Prioro y militante de su tierra, apasionado de sus costumbres, conocedor del dicho de que «de Prioro cura o pastor... y luchador»; pero le gusta añadir otra ocupación más: «y pescador» porque, dice en tono de broma: «Uno de León, con los ríos que tenemos, que no sea pescador no es muy de fiar».
Y es que Javier Reyero, que sí hizo sus pinitos como luchador, ha hecho de la pesca y todos sus derivados su verdadera pasión, acompañado de su inseparable Quique Sabugo no les queda río que pescar o ver. Ni río ni riachuelo y de toda la provincia pues, señala Reyero, «a veces olvidamos los ríos del Bierzo y hay unos lugares espectaculares, para la pesca y para disfrutar».
– ¿Y cómo nace esa pasión tuya por la pesca?
– Poco a poco y con la fuerza de las cosas que se cogen desde niño. Mi padre era pescador y me llevaba al río y cuando te engancha... te engancha.
– ¿Y cuál es tu río favorito?
– No se puede decir pues, como te he dicho, hay tramos, rincones, pozos, por toda la provincia, de Caín a Candín que se decía antes; aunque a nadie se le oculta que al Esla le llaman el padre Esla por algo. Pero el buen pescador le encuentra encanto y forma de pescarlo a cualquier rincón y ese es su favorito.
Lo que lleva mal Javi Reyero es lo de la basura de los ríos, que todo vaya a parar allí, que no se cuide la naturaleza y mientras camina por la orilla va preguntándose «¿qué hacen ahí esas latas, cómo se pueden tirar las cosas sin pensar...?».
Y, tal vez deudor de quien le inculcó la pasión por la pesca y, sobre todo, de la razón hace una curiosa propuesta: «A la gente mayor que quiere seguir saliendo al río hay que dejarlos, ni licencia, ni coto, ni nada, que salgan y disfruten del río... debería ser un orgullo para todos nosotros que ellos existan».
Igual que repite una reflexión:«El río tenemos que acercarlo a la gente... ¿qué vamos a hacer en León cualquier día?, ¿ir al Bernabeu o al Nou Camp o salir un rato a pescar?».