Los personajes del tío Ful: Laura de Sahelices, panadera de mañana, 'mastinera' de tarde

Es un torrente de vitalidad y entrega a causas tan diversas como la panadería, exitosa criadora de mastines y, sobre todo, la implicación en las pequeñas cosas de su tierra y su pueblo

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
11/05/2024
 Actualizado a 11/05/2024
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Tenemos que aprovechar una parada en su reparto, entre Colle y Felechas, para la entrevista pues Laura es una de esas mujeres "a las que no nos da la vida"; y cambia un rato de conversación con algún cliente —"que eso va en el sueldo de las panaderas"— por unos minutos con nosotros, que luego se alargan, porque tiene mucho que contar. 

- ¿Cómo es que no te da la vida?

- Te cuento. Soy panadera, digamos que por la mañana pues es cuando reparto; criadora de mastines, sobre todo por la tarde; algún rato hay que dedicarle a las cosas de Sahelices de Sabero pues soy la presidenta y, cuando toca, abro la casa del pueblo que también soy secretaria de la asociación que decidió recuperarla para que tuviéramos un sitio donde reunirnos, que es fundamental en un pueblo. 

Y todas  estas ocupaciones podríamos decir que tienen un denominador común, que podríamos llamar la llamada de la sangre. "Nada más que hice 18 años me incorporé a la panadería del abuelo, Panadería Muñiz, en Olleros y ahí sigo, feliz, me gusta este trabajo, el trato con la gente, recorrer pueblos..."

- ¿Cuántos clientes tienes, por ejemplo, en Felechas o Veneros?

- En invierno pues tengo muchos pueblos de tres o cuatro; ellos mismos me dicen que reparta menos días, que no me merecerá la pena, pero ni se me pasa por la cabeza, a la gente hay que tenerla atendida, que no solo es el pan, igual hay que hacerles algún otro recado.

- ¿Y esos mastines con los que ganas tantos concursos incluso internacionales?

- Pues también es lo que vi desde niña; el abuelo, que había sido pastor en Lillo, siempre tuvo mastines y para mi son una pasión, les he puesto cámaras y miro cada poco a ver cómo están.

Y en la sangre lleva la pasión por su pueblo, que la ha llevado a ser la presidenta de la Junta Vecinal y sumarse a los que abren la casa del pueblo que saben muy bien que no es "un asunto menor. Tener un sitio abierto para todo y para todos es algo que nunca se debería dejar perder, en todos los pueblos".

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