Decir Clausín y desatar un torrente de anécdotas con el arbitraje como telón de fondo es inevitable. Y es que la vida de José Luis López Clausín está inevitablemente vinculada al fútbol modesto leonés pues este árbitro, de carácter tan afable como abierto, no pasó de Tercera División y sí sabe lo que es dirigir un encuentro, o muchos, con el barro por los tobillos; y sí sabe lo que es dirigir un encuentro, o muchos, con el público amenazando con que no vas a salir de allí.
Retirado ya hace un par de décadas sonríe cuando se lo recuerdas y reconoce con absoluta sinceridad porque no hizo carrera en la élite arbitral. "En aquellos tiempos el sistema de ascensos se basaba en un examen teórico, nada más, la labor en el campo no tenía ningún valor, y yo, sinceramente, no era muy de ponerme a estudiar y podía seguir pitando, que era lo que me gustaba". De todas formas sí pudo disfrutar ese privilegio de arbitrar en un gran campo como juez de línea de un árbitro leonés en Primera División, Teodoro Valdés Sánchez, "un tipo extraordinario con el que pude estar en partidos importantes; la pena es que Teo de retiró y dejé de ir; pero seguí a lo mío".
Y lo suyo era León y el fútbol modesto, conoció en sus más de treinta años por los campos el cambio del barro en aquel histórico campo del barrio de San Mamés al césped artificial que ya tienen los chavales de la mayoría de los clubes; sabía perfectamente dónde se lo ponían difícil los aficionados, pero curiosamente la anécdota más recordada suya no es ningún incidente sino aquella vez que le sacó la tarjeta roja a un perro, salió en todos los medios. "Entró un mastín en el campo y los chavales tenían miedo; yo, ya sabes cómo soy, por hacer una broma le saqué la roja y bueno no fue eso, lo mejor fue que el mastín obedeció, abandonó el campo y se sentó tranquilamente por la parte de afuera de la valla .
Todavía hace unos días salía una opinión de un aficionado que decía que "desde que lo dejó Clausín nadie defiende a los clubes leoneses" y él sonríe. "Es cierto, en caso de duda, solo en caso de duda, yo salía por los leoneses. De hecho, al año siguiente de dejarlo yo descendieron el Puente y la Peña".