Cuando le preguntas a Virginia que cómo es su hermana María siempre te dice lo mismo: «Mi hermana es una niña muy especial».
Cuando hablas con Virginia, cuando la niña de tan solo 10 años te cuenta su vida, su pasión por su hermana, el cuento que le ha escrito e ilustrado también tienes muy claro que María es una niña especial, seguro, pero también que Virginia es una niña muy especial, muy muy especial. Muchas veces hay palabras a las que no se recurren pero que aclaran muchas cosas. De Virginia Mota Sáenz de Miera se podría decir aquello de que «es un cielo» que, además, vive empeñada en construir un cielo en la tierra para su hermana María, la niña especial, su hermana, la pequeña de los cuatro hermanos.
- ¿Por qué es especial María?
- A ver. Mi hermana tiene autismo pero, a la vez, tiene magia. Muchas veces ve cosas que nosotros no llegamos a ver y lo notas porque se ríe feliz.
- ¿Y qué crees que ve ella que tú no aciertas a ver?
"Si un niño autista encuentra un amigo con mi libro ya soy feliz"
- Yo pienso que ve hadas o seres mágicos o mascotas con vida. A veces se queda mirando, por ejemplo, las hojas de las flores y se ríe muy feliz.
- ¿Te da algo de envidia que ella sea mágica y tu no?
- No, porque yo soy feliz cuando María es feliz; por eso juego con ella, le canto canciones, vamos al parque... ¿sabes? Si vamos a los columpios y no hay sitio para mí María no se sube al suyo hasta que encuentra el mío.
Por ello, porque son niños especiales y necesitan que la sociedad avance y las entienda Virginia ha escrito, e ilustrado, un cuento contando la historia de María. Y la suya y que ha titulado ‘María, la niña mágica en el mundo de las hadas’.
- ¿Te ha costado mucho escribir el cuento?
- Nada, porque es la historia de María y la mía, las cosas que hacemos juntas, para que la gente la entienda.
Por cierto. Nunca como hoy sólo te puedo pedir, como lector, que escuches a Virginia, una niña realmente muy especial.