Los personajes del tío Ful: Onésimo González, pionero de la Cueva de Valporquero

Maestro en todos los sentidos, co-descubridor de las burgalesas de Ojo Guareña, apasionado de la montaña y la conversación, una enciclopedia

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
30/09/2023
 Actualizado a 08/02/2024
https://youtu.be/pJyaUj_TmLk

Caminar por La Robla al lado de Onésimo González – él en su silla de ruedas – requiere tener que detenerse a cada paso, pues el veterano maestro va recibiendo los saludos y recuerdos de quienes algún día compartieron aficiones, aulas, proyectos... Unos fueron alumnos suyos, otros formaron parte del prestigioso Club Atletismo Roblano, que ayudó a poner en marcha; algunos pusieron su voz en el coro Voces de Alba, en el que también estuvo ‘don Onésimo’... 

Y, por supuesto, la conversación de muchos gira en torno a la montaña, su gran pasión, por encima de todas las demás, aunque aclara que "el Magisterio es otra cosa, era más que una pasión, era una profesión y una forma de entender la vida y, sobre todo, tratar de que la entendieran los alumnos".

- ¿Y porqué la montaña por encima de todo?
- Por muchas cosas, pero te voy a decir dos fundamentales. La naturaleza, la montaña es naturaleza en estado puro; y, no menos importante, la amistad y la solidaridad, la montaña es amistad con quien contigo va; en la montaña no caben las envidias o, al menos, no cuando yo la practiqué.

"Cuando empezamos a ir a la Cueva de Valporquero era una absoluta desconocida, no tenía luz y se podía visitar una mínima parte"

Y, dentro del concepto general de montaña, otra pasión indisimulada son las cuevas, con especial presencia de las leonesas Cuevas de Valporquero, en las que fue uno de los grandes pioneros, de los primeros que organizó expediciones para conocerlas "cuando nada tenían que ver con las actuales; en el sentido de que solo se podía entrar un tramo más corto, no había luz".

Pese a esta pasión leonesa en su biografía figura otro hito muy importante pues Onésimo González Reguero fue uno de los descubridores de otras cuevas cargadas de historia, en 1968, las burgalesas de Ojo Guareña.

Y mil historias que le recuerdan en su camino a este roblano de adopción, que llegó a la villa hace 40 años para ser maestro en las aulas y sigue siendo maestro en la vida, al que es un verdadero placer ir arrancando recuerdos, de sus vivencias y sus lecturas.

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