Los personajes del tío Ful: Ovidio, asturiano errante

Lleva seis meses en su caravana en plena montaña, un asturiano en manga corta en el febrero leonés, el perro, muchos viajes, muchas historias y una filosofía de vida

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
15/02/2025
 Actualizado a 15/02/2025
https://youtu.be/NuZp4KCl-Oc

Es un asturiano de mundo, jubilado de la mina, viajero impenitente por muchos países y "el sol como gran amigo, es el mejor amigo que tengo. Un día me levanté en mi pueblo, Sama de Langreo, y me dolía todo el cuerpo, vine para aquí, a la montaña y el sol, y ya no me duele nada... a no ser que le de por llover unos cuantos días seguidos".

Hace un año que Ovidio se mueve con la caravana, hizo un viaje a Granada —"¡qué horror de calor y un hormiguero de gente!"— y después se quedó en Riaño, donde lleva varios meses.
- Pero traigo mucho mundo recorrido, por trabajo y porque es lo que más me gusta, y ya he estado 22 años en Bruselas, otros quince en la India, en Nepal, Thailandia, Bankog y varios países más. En fin, he viajado mucho. 
- ¿Buscas algo concreto en los viajes?
- Solo busco estar a gusto con mi libertad, como estoy ahora aquí, en Riaño. Y cuando no lo estoy, tiro. 

Uno de los viajes que más le marcó fue su estancia en el Tibet, donde asegura que le enseñaron mucho sobre cómo estar en el mundo, su filosofía de vida.
- ¿Qué es lo que más te gustó de las gentes del Tibet?
- Pues que cogen una piedra y otra hasta que forman una montaña, poco a poco se anda el camino... con pan y vino.

Hablando de camino hay otro viaje que le ha marcado, el Camino de Santiago, que ya lo ha recorrido en quince ocasiones. "Todos los años. Un año hice con un carretillo con 70 kilos de peso, desde León hasta Muxía".
- ¿Por sacrificio?
- No sé muy bien, había perdido a mi mujer y estaba un poco perdido, solo con mi música, Manolo Escobar o El Fary. Cuando subía las cuestas con piedras, pujando por aquel carreto, me lesioné en la columna. Había gente que me quería ayudar al verme sufrir y no quise, porque me sacas de este atolladero pero habrá otro más adelante.
- ¿Y si llega el momento en el que ya no te arreglas?
- Pues tiro el carretillo.

Lleva una maleta de collares de Nepal y los iba vendiendo... "pero tengo una paga y ahora los regalo".

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