Hoy se celebra el Ribera contra Montaña, un corro de lucha que se escribirá con el nombre del vencedor, con el luchador que tendrá el privilegio de ser quien pregunte «¿hay quién luche o me calzo», siempre uno de los grandes campeones de tantos trofeos.
Pero antes han ido desfilando, aportando su grano de arena, chavales de corta edad que estos días sueñan con estar allí —en Lillo esta vez—, al lado de sus ídolos, con el pabellón vibrando, sintiéndose equipo más que nadie. Uno de ellos será Sergio Millán, seleccionado para esta cita, de Santa Olaja de la Ribera, un pueblo con escasa tradición pero... «un día me llevaron a un corro a Mansilla, me apunté y no he dejado de ir a entrenar, a los corros, a las exhibiciones. Tengo la suerte de entrenar con Miriam, que nos enseña a luchar pero sobre todo a querer la lucha y lo que significa. Miriam es mucho»
Sergio se enganchó y ya ha sido campeón de Liga, pero no es lo más importante en este chaval que antes no hacía ningún deporte, «jugar en el parque». Sergio, además de llevar el nombre de su pueblo por los corros también lleva historias personales, humanas, que defender.
- Cada vez que ganas miras al cielo y dedicas la victoria
- Sí, es para mi tío, que murió el año pasado.
- ¿Era importante para tí?
- Mucho. Mi tío era lo más. No sé bien cómo explicarlo, te diría que es como una especie de otro abuelo, siempre fue muy bueno conmigo.
Sergio ha sido, está siendo, además una especie de centro de la familia, siempre a su lado. «Creo que será el niño que ha faltado a menos entrenamientos, todos los martes y los jueves, lo está esperando y le llevamos», explica su madre, que también acude a todos los corros, con el padre, con problemas de salud pero que encuentra alivio en ese grupo familiar.
Y nunca dice no Sergio a acudir a exhibiciones, amistosos, a ser solidario y cercano. «Es lo que me han enseñado».
- ¿Y hoy en Lillo?
- Dicen que tenemos pocas posibilidades, pero Miriam nos enseña a no rendirnos nunca.