Con faldas y a lo loco
La mejor comedia jamás rodada, según el American Film Institute y la clasificación que la BBC realizó en 2017 contando con 253 críticos de más de cincuenta países, es una película veraniega.
Dos músicos de jazz en bancarrota son testigos accidentales de la matanza del día de San Valentín. La necesidad económica y la urgencia por huir de la mafia les hace disfrazarse de mujeres para acceder a los únicos puestos de trabajo que encuentran, los de músicos en una banda femenina. El grupo se trasladará para actuar en un hotel de veraneo donde Joe/Josephine (Tony Curtis) se enamorará de la irresistible cantante Sugar Kane (Marilyn Monroe), y Jerry/Daphne (Jack Lemmon) será cortejado por un millonario solterón (Joe E. Brown). La llegada al hotel de los gánster a los que Joe y Jerry vieron cometer los asesinatos complicará aún más el guion.
‘Con faldas y a lo loco’ resultó completamente rompedora en su época, por la inclusión en la comedia de elementos del género negro, por la ambientación de la historia en los años 20 y por el voltaje erótico del humor al que da lugar el forzado travestismo de los protagonistas. Sesenta años más tarde sigue siendo una película genial y extraordinariamente divertida. Su secreto a mi juicio es que todos los integrantes del cuarteto formado por Wilder, Monroe, Curtis y Lemmon se encontraba en su mejor momento artístico.
El guion de Billy Wilder y Diamond es inteligente, atrevido y de un gusto exquisito, y la dirección sencillamente perfecta, tanto en lo escénico como en el ritmo de la narración. Tony Curtis demuestra un talento asombroso al interpretar magníficamente hasta tres papeles: el de Joe, el de Joe transformado en Josephine y el de Joe fingiendo ser un rico veraneante para poder seducir a Sugar, para este último rol imitando a Cary Grant. Jack Lemmon, a quien corresponden los mejores gags y las frases más divertidas se consagra como el actor de comedia a la medida de Wilder.
Marilyn merece un párrafo aparte. En 1959 la actriz se encontraba en pleno declive personal y desesperaba a todo el equipo, algunas tomas tuvieron que ser repetidas más de 60 veces. Sin embargo, según Wilder, "cuando se sabía el texto era absolutamente perfecta, perfecta con el tiempo, la modulación de la voz, distinguía muy bien la broma, no era diletante. Lo llevaba innato. Puedes trabajar con cincuenta actrices, algunas mejores que otras, con más técnica, pero ninguna la superaba".
Qué ocurrió entre mi padre y tu madre
A lo largo de su extensa carrera Billy Wilder nos proporcionó obras maestras de diversos géneros, entre ellos el drama, como ‘Irma la dulce (1963)’ o ‘El apartamento’ (1960), y la comedia, como las comentadas ‘La tentación vive arriba’ (1955) o ‘Con faldas y a lo loco’ (1959). Fue al final de su carrera, ya en 1972, cuando decidió aunar ambos géneros en esta deliciosa película de sabor agridulce.
Wendell Armbruster Jr. (Jack Lemmon) es un desagradable hombre de negocios que en pleno mes de agosto se ve obligado a viajar urgente e inesperadamente a Italia para repatriar el cadáver de su padre. A su llegada descubrirá la longeva historia de amor que su padre mantenía cada verano en el hotel Excelsior con una manicura inglesa, con la que tuvo el accidente que causó su muerte, y conocerá a la hija de ésta, Pamela Piggot (Juliet Mills). La desaparición de los cadáveres de los amantes y otras circunstancias aún más esperpénticas hará que los hijos acaben repitiendo el romance de sus padres.
La comedia romántica se levanta sobre una base de humor negro, de la misma manera que el optimismo y la esperanza bañan el cinismo que siempre caracteriza los diálogos y las situaciones creadas por Wilder y Diamond.
Juliet Mills interpreta a una de las amantes más encantadoras de la historia del cine. Como Marilyn en ‘Con faldas y a lo loco’ y Shriley MacLaine en ‘El apartamento’, el personaje de Mills también ha intentado suicidarse, y se hace mayor sin perder la esperanza en un mundo que le da la espalda. De su mano, Wendell Armbruster Jr. experimenta una paulatina transformación que un Jack Lemmon ya maduro desarrolla de manera extraordinaria. A medida que va conociendo a su padre a través de los empleados del hotel y de la propia Pamela, el obseso hombre de negocios recupera la ilusión por el romance. Ambos encontrarán en la isla de Ischia y en el hotel Excelsior un refugio preservado de cualquier amargura, incluso de la de la muerte.
Con un equipo de rodaje casi íntegramente italiano, Wilder, siempre atento a la música, quiso contar con un compositor autóctono, Carlo Rustichelli, que supo hilvanar una de las bandas sonoras más bellas de la historia del cine. La fotografía, por su parte, es brillante y llena la pantalla de la vida y del color de Italia.
La película no fue comprendida en su momento, quizá porque en 1972 el adulterio ya no era un tema susceptible de generar controversia. Hoy día, sin embargo, está considerada como una de más geniales obras del dúo Wilder-Lemmon.