"Estuve 20 años en La Robla y no viví mal"

Asturiana de nacimiento, concretamente de La Regla, en Cangas de Narcea, a Luisa Suárez le llegó el amor en su pueblo. Fue el maestro, un leonés que pronto logró la plaza fija en La Robla, lo que hizo que se convirtiera en una leonesa de adopción y viviera entre esta localidad y la capital, puesto que sus suegros residían en la carretera de Caboalles, creando así su segunda residencia. «No viví mal», asegura ahora ya jubilada y viuda, rememorando los años en los que junto a su marido vivió la época en la que La Robla era más que un pueblo, «un pueblo grande», con multitud de negocios y actividad económica. Su hijo, sus nietos y el tiempo con sus amigas, con las que echa las tardes jugando a las cartas, llenan ahora su apacible vida.