en que el alma se te llena de piedras
y la vida te resbala de los ojos
con la forma del agua,
nada es lo soñado
ni sigue el curso de los trazos
que un día dibujaste con las líneas del tiempo.
El aire se espesa,
pesando,
aplastando la risa que ayer
traía el viento del futuro.
Hay veces
en que todo es un claroscuro.