Antonio Machado
En ocasiones, a lo largo de nuestra vida y ante la imposibilidad de aceptar determinadas situaciones, nuestra mente hace uso de un mecanismo de defensa que puede llevar, incluso, a la negación de la realidad.
En 2001 Alejandro Amenábar, influenciado por el cine de Hitchcock, dirigiría con gran elegancia y detallismo ‘Los Otros’. Los exteriores de la película se rodaron en el Palacio de los Hornillos, en Cantabria y la acción transcurre durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde la primera escena presentimos el terror al que vamos asistir mientras suena la banda sonora compuesta por el mismo Amenábar.
Una película que, sin golpes de efecto, nos lleva a saltar del mundo del los vivos al de los muertos sin ser conscientes de quién es quién, manteniéndonos en una continua ambigüedad e incertidumbre hasta un inesperado desenlace.
La sublime fotografía de Javier Aguirresarobe, con un uso magistral de la iluminación, de luces y penumbras, planos casi cenitales y contraste de tonos fríos y cálidos, consigue que nos adentremos en la opresiva atmósfera que están viviendo ellos y los otros.