– Apoyamos la existencia sobre pilares demasiado etéreos, doña mariquita.
– Llámeme doña Coccinella, de las septempunctata de toda la vida. Una tiene sus pudores cuando habla con extraños.
– La decía, doña Cocci, que si no tiene miedo a caerse desde semejante atalaya.
– Arriesgarse para ver la vida desde lo más alto, aunque el suelo acabe desapareciendo bajo nuestras patas, es condición coleóptera.
– Y humana, doña Mariconchi.
– Supongo, aunque vosotros os hacéis daño con cualquier caída.
– Sobre todo con las del alma, doña eso... Ulpiano, ¿ya te has vuelto a caer?
– Me he tirao, Magister…
(De ‘Altaria et iuga’, cap. LII)
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19/07/2022
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