Desarrollo de la ruta
Con inicio y final en Geras, la ruta toma la carretera hacia León, y tras pasar una ermita con cementerio, se interna en un estrechamiento de la montaña, es decir unas hoces o garganta, donde se encuentra un puente que cruza el rio Casares y está señalizado con un cartel de ruta de la Boyariza. Ahí se deja la carretera y para internarse en un camino paralelo al arroyo de la Boyariza. Pasados unos cientos de metros se estrecha el camino para salir a la Foceltorno, una zona de roca caliza de elevadas paredes interesantes para la escalada. El camino continúa entre avellanos, fresnos y chopos, siempre ascendiendo y a veces empedrado, lo que indica que en sus tiempos hubo de ser una ruta bastante utilizada para los desplazamientos entre distintas localidades.
También se encuentra algún cierre para el ganado, que conviene dejar como estaba. Es importante señalar que los contrafuertes rocosos por los que se pasa pertenecen a los arrecifes coralinos del Devónico, y por lo tanto tienen muchos seres marinos fosilizados. Tras un recorrido no demasiado largo se llega un corte profundo en el arrecife superior, por el que desciende un arroyo. Es el segundo en esta ruta, y se puede desviar uno a contemplar la cascada de Foceltorno en la hoz de Meleros. Una cascada a la que solamente se puede acceder cuando hay poco agua y con cuidado pues se debe internar uno en el arroyo, con roca muy resbaladiza. Tras contemplar la cascada es necesario volver al camino principal, que unos metros más adelante se divide. El camino antiguo se interna en el bosque al lado del arroyo y la pista nueva hace un zigzag y asciende por zona sin árboles. Esta división es a elección de cada cual. Si se desea andar entre sombras, con el arroyo al lado y con un camino antiguo, la elección debe ser el camino de abajo. Para quienes deseen vistas amplias a las montañas circundantes, son y calor, así como una pista amplia, la mejor elección será el camino de arriba, ambos caminos van paralelos, se unen a veces, para más tarde separarse, y en la cuesta final se convierten en uno. Se llega así a la collada de Collariondo, dejando a la derecha el pico Cellerón, de 1544 metros, al sur el bosque de hayas con los contrafuertes de la Peña de la Silla de 1818 metros y al frente, hacia el oeste, la zona alta del Palanco con el Cerro Pedroso, de 1914 metros. La vista hacia atrás, hacia el este es también excelente, con los Picos Polvoredo y Cueto de San Mateo como referentes principales. A partir de este punto se desciende hacia el arroyo Palanco, girando luego hacia el nordeste para seguir el curso del mencionado arroyo. Este camino tiene un cierre para el ganado al comenzar el estrechamiento de la roca y se encuentra bastante empedrado, lo que hace que sea muy llevadero en días secos, pero con lluvia hay que tener cuidado pues la roca se vuelve resbaladiza. Murallones de roca El descenso del arroyo Palanco, aunque se hace entre murallones de roca, con algunos gendarmes, y zonas altas de bosques de hayas, resulta hermoso y entretenido, pues a cada momento se encuentran árboles y arbustos que van dando paso a nuevas zonas del sendero, un sendero encajonado entre las montañas, que será la causa por la que en épocas de mucho agua resulte complicado pasar. Al final el sendero se ensancha, se cruza el arroyo y se baja por una zona muy empinada en la que el agua se despeña en cascadas con el deshielo, o se pierde y baja seco en las épocas de escasez de agua. Finalmente se llega a unos prados y por un camino se desciende hacia la localidad de Geras, cerrando el círculo de la ruta.
Características de la ruta
- Zona geográfica. Norte de la provincia de León, en la localidad de Geras de Gordón.
- Entorno. Hayedos, caliza, prados y matorrales.
- Tipo de ruta. Circular, a través de carretera, camino, senda y trochas de ganado.
- Inicio / fin. Geras de Gordón.
- Distancia aproximada. Alrededor de 8 kilómetros.
- Tiempo aproximado. Entre dos y tres horas, dependiendo del estado de la ruta.
- Desnivel. 400 metros.
- Dificultad. Fácil, sin complicaciones, teniendo cuidado de no perderse.
- Con exceso de agua los caminos pueden estar impracticables.
- Observaciones. En tiempo de lluvia o deshielo la roca puede ser resbaladiza.