Carmen Lomana ha vivido este miércoles un días tan especiales como emotivo con la presentación de su libro de memorias, 'Pasión por la vida', en el exclusivo Club Monteverdi de Madrid. Una cita inolvidable en la que estuvo arropada por amigos y rostros conocidos como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o la cantante Alaska, y en la que volvió a dar una lección de elegancia con un diseño impecable en color blanco de Valentino.
Un libro muy personal en el que comparte los momentos más importantes de su apasionante vida, se sincera como nunca sobre su historia de amor con su marido Guillermo Capdevila -que falleció en un accidente de tráfico en 1999-, y hace balance del protagonismo que ha adquirido en los últimos años como una de las figuras más elegantes y destacadas del panorama nacional, que despierta pasiones por su sinceridad sin filtros y por decir siempre lo que piensa.
"Estoy feliz, encantada, rodeada de amigos, de cariño. No soy yo muy nerviosa. ¿Y qué te voy a decir? Pues que es un día importante" ha reconocido, sorprendiendo al revelar a quién ha dedicado su obra más especial: "A Sandra, a la empleada que lleva 23 años en mi casa, que la adoro. Va para ella porque me ha ayudado a que mi vida sea mejor" confiesa.
Un libro que no oculta que le encantaría que se llevase a la pequeña pantalla en forma de serie, desvelando qué actrices españolas le gustaría que la interpretasen: "Depende en qué edades. A mí Ester Espósito me encanta. Me gusta mucho. Pero bueno, hay otras muchas que me encantan, como Kira Miró, Belén Rueda". "Pero Terelu Campos no se parece mucho a mi" ha comentado cuando le hemos preguntado si ahora que va a debutar en el teatro, dejando entrever que no la ve metida en su piel si se materializase el proyecto.
De quien no quiere ni oir hablar es de Ágatha Ruiz de la Prada, a la que ni siquiera nombra en su libro a pesar de la guerra mediática que protagonizan desde hace años, y de la que la diseñadora sí habla en sus memorias, afirmando que Lomana es la hater que todo famoso que se precie tiene. "Yo para ella debo ser imprescindible, ella para mí no. Me aburre que me mata" ha sentenciado.