Histeria colectiva

Ya tenemos aquí el coronavirus. Yquien dice aquí dice en Europa, pero como la percepción social de una enfermedad así suele ser tan exagerada, parece que hay millones de personas solo en España con un virus que ha causado la muerte de más de 2.500 personas de los 80.000 contagiados solo en China. Es decir, que la tasa real es más bien baja, teniendo en cuenta que actualmente hay en el país asiático algo más de 1.400 millones de personas. Ysi se compara con los afectados por gripe de cualquier tipo, es sonrojante preocuparse por una dolencia que, aunque no tiene cura aún, solo manifiesta síntomas en el 20% de los casos, y solo en un 5 % requieren un tratamiento intensivo.

Más allá de estos fríos datos, lo más curioso es que cada vez que hay una enfermedad que trasciende las fronteras de un país (algo fácil en un mundo tan globalizado), el miedo y la desinformación se unen para aterrorizar a la población y, de paso, ganar un dinerillo. No hay más que ver cómo han aprovechado los fabricantes y los vendedores de mascarillas para subir los precios, ya que en internet se pueden encontrar algunas a precios escandolosos, como los 100 euros por una que ni siquiera sirve para evitar la contaminación. Ya pasó con el ébola, que parecía que iba a causar la muerte de millones de personas... en el primer mundo, porque los casos de África no importaban tanto, ya que nos quedan muy lejos.

¿Se acuerdan de las cartas con ántrax que recibieron dos senadores y varios medios de comunicación de EEUU en 2001? Fueron 22 afectados y cinco fallecidos, pero obivamente no había ninguna posibilidad de que esos sobres llegaran a la señora de mi pueblo que, nada más llegar el cartero, tiró una carta a la calle gritando que tenía ántrax y que no la iba a abrir. Probablemente ya tenga una mascarilla en casa a estas alturas del año...