Alas putas se las llama masajistas, a los juntaletras sin talento, escritores, a los chigreros, restauradores... Con las palabras y con la historia se hace lo que uno quiere. O lo intenta.
El otro día el señor Netanyahu, en su calidad de primer ministro de Israel, dijo que los causantes del holocausto eran los árabes palestinos. Hitler, inocente que era, se fio de lo que le aconsejó el Muftí (uno que mandaba un huevo), del Jerusalén palestino en una entrevista que celebraron en 1941. Hitler, el pobre, no quería matar judíos, solamente quería juntarlos y enviarlos a Madagascar de vacaciones. Él nunca escribió nada del exterminio de ese pueblo en Mein Kampf, ni hablo de ello en ninguno de sus discursos, ni ordenó que la SA del partido hiciesen ‘La noche de los cristales rotos’ en noviembre de 1937 contra las sinagogas, los comercios y las casas de los judíos alemanes. Él, pobre, hizo caso a un tipo que seguramente despreciaba como raza inferior y se decidió entonces a matar a seis millones de personas. Alguna vez, pensaría, le devolverían el favor. El señor Netanyahu pertenece al partido Likup, heredero del grupo terrorista Irgún que bajo del mando de Menájem Beguin, asesinó a todo un pueblecito palestino y voló el hotel Rey David causando una masacre. Su consigna era seguir al pie de la letra el consejo bíblico de «ojo por ojo». Luego le concedieron el premio Nobel de la Paz. Todo lo más que hizo el Muftí ése fue crear una división islámica dentro de las SS. Mataron a miles de ortodoxosserbios y a pocos judíos.
Después de la caída del muro la mayoría de las antiguas repúblicas socialistas del este de Europa tuvieron gobiernos de derechas. Era lógico, ¿no? Después de décadas gobernadas por el Partido giraron hacia el otro lado. En lugares como los países bálticos, Ucrania, Hungría o Rumanía, se comenzó a mitificar a los partisanos que lucharon contra los estalinistas. Estaban financiados por la CIAy el MI6. Ahora son héroes. ¿Quienes eran estos luchadores de la ‘libertad’? No dudo que entre ellos hubiera patriotas, pero la mayoría eran colaboradores de los nazis. Tenían las manos manchadas de sangre, porque habían participado en la matanza de los judíos, de los gitanos o de los prisioneros soviéticos. Y eran, según los propios alemanes, mucho más crueles y sanguinarios que ellos. Sabían lo que les ocurriría si eran capturados por los soviéticos...
Aquí tenemos ejemplos flagrantes de la manipulación histórica. En Castilla y León, por ejemplo, la fiesta de Villalar conmemora la derrota de unos «luchadores contra el Rey extranjero» que eran, en realidad, unos caciques, defensores de sus privilegios, enemigos de la modernidad. Ya sabéis lo del Santo Grial. Seguramente sea una memez, pero ha servido para que una profesora de historia de la ‘uni’ sea concejala. Además, y es el mayor logro de la película, de que se hayan hecho una galletas que se llaman así y que están riquísimas.
Salud y anarquía.
Historia
30/10/2015
Actualizado a
17/09/2019
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