Joselillo, memoria en León de una leyenda en México

Valdepiélago vuelve a recordar este domingo al novillero con el Memorial Joselillo que se celebra muy cerca de su casa natal en Nocedo

Fulgencio Fernández
09/08/2015
 Actualizado a 18/09/2019
Joselillo, pocos días después de la cogida, parecía recuperarse notablemente. | EL RUEDO
Joselillo, pocos días después de la cogida, parecía recuperarse notablemente. | EL RUEDO
Joselillo ya era una leyenda en México, aunque aún era novillero. El ‘nuevo Manolete’ reunió a más de 200.000 personas en su entierro tras su trágica muerte. Este domingo se le vuelve a recordar en Valdepiélago  con el Memorial Joselillo que se celebra muy cerca de su casa natal en Nocedo.

"Su hermano, también su padre como hermano mayor, no encuentra consuelo y clava los dedos en la madera del ataúd metiéndose astillas entre las uñas". Así contaba la prensa mexicana una imagen del entierro en México de un leonés de Nocedo de Curueño —Laurentino José López, ‘Joselillo’ en los carteles taurinos—que se había convertido en la gran sensación del toreo en aquel país, al que había emigrado, llenando la Monumental de la capital o acudiendo «más de 200.000 personas» a sus funerales, según se puede ver en los periódicos de la época que conservaba en La Vecilla como oro en  paño su hermano Rufino, unos de sus once hermanos, nacidos en Nocedo, en la casa de Victoriano y Carmen donde hoy una placa recuerda  al torero.

Nació en Nocedo, el menor de 11 hermanos y con sólo 10 años emigró a México con su hermano mayor  Un torero, novillero aún, que murió tras una cornada pero en una secuencia de sucesos impensable hoy. Acudió al hospital, fue dado de alta y hasta acudió a un banquete, donde murió, pues aunque fue trasladado al hospital ya no había solución, un coágulo de la herida se le había subido al cerebro y nada pudieron hacer por él.

Su hermano Rufino recordaba en un viejo reportaje la incertidumbre de aquellos días. "Todo era confuso, hay que recordar que era 1947 y las comunicaciones eran muy complicadas. Primero nos dijeron que le habían dado el alta, después que había regresado al hospital y, finalmente, una carta nos confirmó lo peor".

Había nacido en 1922, en Nocedo, hacía el número 11 entre los hermanos, el pequeño. Fue a la escuela del pueblo, «era un niño trasto y listo» y con solo diez años decidió seguir los pasos de su hermano José Luis, emigrante en México, donde regentaba una tienda. Era sólo un niño.

- ¿Pero qué vas a hacer tú?, con 10 años aún  no sabes hacer nada.

- Trabajaré en tu tienda.

- Mañana empiezas.

Y trabajó pero, sobre todo, fue creciendo su afición por los toros. Era un fenómeno en México, llenaba la Monumental, lo comparaban —incluso en lo físico—con Manolete, que parecía su seguro padrino de alternativa. Pero un toro, curiosamente de nombre Ovaciones, truncó su vida y su carrera, sólo tenía 25 años.

Este domingo, muy cerca de su casa, en Valdepiélago, en su nueva plaza, hay una corrida, se llama Memorial Joselillo.
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