La escritora Jane Austen nos persuade de nuevo

La editorial asturiana dÉpoca nos acerca a la última obra de la autora británica en una cuidada edición al cumplirse dos siglos de la conclusión del borrador de ‘Persuasión’

Mª Dolores García
17/08/2016
 Actualizado a 17/09/2019
Dos ilustraciones de Charles Edmund Brock que aparecen en la cuidada edición de coleccionista que la editorial asturiana d’Época ha realizado de la novela ‘Persuasión’. | EDITORIAL DÉPOCA
Dos ilustraciones de Charles Edmund Brock que aparecen en la cuidada edición de coleccionista que la editorial asturiana d’Época ha realizado de la novela ‘Persuasión’. | EDITORIAL DÉPOCA
Coincidiendo con el hecho de que un 6 de agosto de 1816, la escritora británica Jane Austen (1775-1817) concluía el borrador de la que sería su última novela antes de morir, ‘Persuasión’, la editorial asturiana dÉpoca nos ha vuelto a sorprender con una cuidada edición coleccionista. Hace unos años, en 2012, la misma editorial lo había hecho editando por primera vez en castellano la totalidad de las ‘Cartas’ de la misma autora.

‘Persuasión’, obra repetidamente editada en castellano desde 1919, reaparece a finales del pasado mes de junio en esta nueva edición con algunas novedades respecto a sus predecesoras. Entre otras, la inclusión de una bella colección de láminas a color, reproducción de las acuarelas realizadas en 1909 por uno de los grandes ilustradores de la obra de Jane Austen, el artista británico Charles Edmund Brock (1870-1938). Además, se unen en un apéndice las de Hugh Thomson (1860-1920), que ilustraría la edición inglesa en 1897, Arthur Wallis Mils, (1878-1940), que lo haría para la edición de 1908, junto con otras del citado C.A. Brock realizadas para la edición de 1898.

El libro, de cubierta dura, y bellamente decorado, se abre con una amplia introducción a modo de ensayo sobre la autora y en especial sobre ‘Persuasión’. En ella, el profesor José Luis Caramés da importantes pautas biográficas, históricas y literarias para comprender mejor las circunstancias en las que se crea la obra, su repercusión y la recepción de la misma en el momento actual. Una práctica guía tanto para aquellos lectores que se acerquen a la autora británica por primera vez como para aquellos otros que quieran ampliar o refrescar su conocimiento sobre ella.

La profusión de notas añadidas al texto y la incorporación en los anexos de las impresiones y recuerdos aportados en su momento por algunos importantes miembros de la familia Austen, (entre ellos el primer apunte biográfico escrito por Henry Austen), inédito en español, completan esta magnífica edición.

La traducción corre a cargo de Susanna González y Rosa Sahuquillo. Ambas traductoras mantienen el difícil equilibrio con un lenguaje acorde a la época en la que fue escrito sin perder la conexión con el lector actual. Consiguen en muchos momentos no perder esa distintiva cadencia de la narrativa clásica que se echa de menos en algunas ediciones modernas.

Junto al libro de 440 páginas, la editorial añade otra novedad más: el obsequio de un DVD en homenaje a la escritora, con el documental, de dos horas de duración, ‘Tras los pasos de Jane Austen y Persuasión’. Amplio recorrido narrativo y visual por los espacios vital y literario de la autora, incorporando imágenes del pasado en contraste con el momento actual. Se cierra con una pequeña dramatización en torno a la narración como homenaje (Lástima de un pequeño desajuste en la ecualización del sonido). Por lo demás un obsequio de la editorial que los lectores y especialmente admiradores de la autora, sabrán apreciar.

En conjunto, una edición rica, muy cuidada y valiosa especialmente para los amantes de la autora británica, pero también para aquellos lectores exquisitos que aprecian el trabajo bien acabado de un buen libro impreso.

'Persuasión', su obra póstuma


Escrita tras finalizar ‘Emma’, entre 1815 y a lo largo del primer semestre de 1816, Jane Austen acabaría el borrador de lo que ella seguía llamando ‘Los Elliot’, en el mes de julio de 1816. Sin embargo, no lo da por terminado. Revisa y rehace los dos últimos capítulos, que finalmente concluirá el 6 de agosto. Para entonces, la enfermedad, que había comenzado a manifestársele a primeros de año, iba minando gravemente su estado físico, obligándola a realizar interrupciones cada vez más frecuentes y prolongadas en su quehacer diario y literario.

Jane, pese a todo, se resiste a la inactividad, y a primeros de 1817 todavía comenzará una nueva obra de la que solo completaría doce capítulos (‘Sanditon’), si bien, no volverá a retocar su manuscrito de ‘Los Elliot’, como hiciera con sus otras obras anteriores. Tampoco lo verá publicado en vida, pues un año más tarde, el 18 de julio de 1817, fallecería en Winchester, a donde había sido trasladada desde su última residencia en Chawton, para tratarse de la enfermedad que finalmente le causaría la muerte, y de la que aún hoy se sigue especulando, dándose como más probable la llamada enfermedad de Addison. En Winchester, en su hermosa catedral serían también depositados sus restos. Tan solo contaba 41 años de edad.Serán sus dos hermanos favoritos, Casandra- heredera de todos sus bienes- y Henry Austen quienes, revestidos de esa fortaleza robada prematuramente por la muerte a la joven escritora, se encarguen de llevar a cabo la publicación del manuscrito a finales de diciembre de 1817. Henry Austen acuerda también con el editor de Londres, John Murray, que a esta primera edición se añada 'La Abadía de Northanger', la primera novela escrita por Jane que permanecía aún inédita, pese a que sus derechos habían sido vendidos en vida de su hermana a un editor que no consideró oportuno publicarla. Tras la recompra por Henry de esos derechos–por el mismo precio de 10 libras con el que habían sido vendidos - ambas novelas salen juntas en la misma publicación, aunque se la fechó en 1818. Constaba de cuatro volúmenes: los dos primeros para la “Abadía de Northanger” y los dos últimos para el manuscrito de ‘Los Elliot’ que pasó a titularse desde ese momento 'Persuasión'. Pero esta no era la única peculiaridad, Henry, al que también se le atribuye la autoría de ambos títulos, realizó para esta edición conjunta, una nota biográfica de la autora en la que, por primera vez, se identificaba a Jane Austen como la autora de todas sus novelas. Una ironía finalComo si se tratara de una pequeña ironía, de las muchas que Austen finamente filtraba en sus narraciones literarias, iban a quedar unidas en el tiempo, compartiendo fecha de publicación, su primera novela de juventud  (“La Abadía de Northanger”) y la última en su ‘joven’ madurez (“Persuasión”). Dos novelas que representarían: la una los comienzos de una jovial amante de la escritura que lo hacía por complacer a los suyos, y la segunda a la ya consagrada escritora. Mientras Catherine Morland tiene 17 años y experimenta los primeros alborozos de la núbil inocencia en “La Abadía de Northanger”, Anne Elliot, su heroína en “Persuasión” es una joven más adulta, 27 años, que ha aprendido a ser escéptica y a hacer frente al tiempo y a su propio destino, encarándolo y desechando lo más banal de su entorno. Catherine, ama la novela gótica y como alma romántica que es, intenta vivir a modo de sus libros. La segunda, Anne, ha aprendido con los libros, pero se muestra escéptica respecto a quiénes los escriben, los hombres, porque en ellos no ve reflejado el verdadero espíritu femenino.Ambas novelas comparten también un mismo escenario, Bath, la ciudad-balneario y de recreo puesta de moda entre la gentry británica, donde la autora pasó un periodo de su corta vida (1800-1805). Una ciudad que no le gustaba demasiado a la Jane Austen que, como su Anne Elliot había aprendido a tomar otra serie de atajos que la apartaban de la vanidad que reinaba en esos lugares de recreo, para dirigirse hacia otros que la proporcionaban un mayor adiestramiento personal, una mejor toma de conciencia de su fuerza y de su valor. Bath sin embargo le reporta material valioso para su creación.De lo particular a lo universalHablar de Jane Austen hoy en día,viene a ser tanto como hablar del mismo Shakespeare. Salvando las distancias, sus novelas se siguen reeditando ininterrumpidamente, a la vez que sus argumentos costumbristas son reclamo constante de versiones de lo más variopintas en cine y televisión, contribuyendo a una mayor y más amplia repercusión en cualquier punto del planeta. Por eso, hacer un apunte de su obra y de su vida parece cuando menos innecesario. Sin embargo, siempre hay algo que se nos escapa de esta mujer inteligente, observadora y sensible que, pese a su breve existencia, dejó una clara muestra de los prototipos humanos que, aún creados en un ambiente y un contexto histórico lejano a nosotros, han sobrepasado el tiempo y cualquier distancia física, intelectual o social. Nada puede sorprender más a un lector actual que aquello que siendo extemporáneo, le toque en la conciencia, en la razón, en la sensibilidad.Si el propio Sir Walter Scott confesaba haber releído ‘Orgullo y prejuicio’ tres veces, y hasta nuestro sobrio don Miguel de Unamuno –que anteponía su predilección por la historia frente a la novela– fue capaz de admitir haber leído y disfrutado las obras de la autora británica, en un alarde de convencimiento de que lo escrito por tan delicada señorita se apartaba de una simple novela, nos lleva a pensar que efectivamente, Jane Austen consiguió, con seis novelas, tocar los resortes para el entendimiento del comportamiento humano, como lo había hecho el célebre bardo.

‘Persuasión’ no es una novela romántica –ninguna de Austen lo es– como algunos aún insisten en catalogar. No es tampoco una novela sobre jóvenes amores. Es un retrato adulto sobre convicciones adultas: la constancia y la fortaleza de ánimo; la convicción propia frente a la persuasión; el desarrollo personal pese a la vanidad circundante; las complejas relaciones familiares frente a las sociales; de la decepción y la reconquista de la felicidad a través de la razón y el compromiso con lo que verdaderamente importa.

Es una declaración formal y seria, reflexiva y mordaz de la desconfianza de la autora en algunas normas sociales impuestas –especialmente a la mujer- hasta la deformación. Porque no hay nada más dañino a la felicidad del individuo, sea este masculino o femenino, que el sometimiento a convicciones injustas, a los prejuicios y a la vanidad.

‘Persuasión’ es casi un testamento de la autora, lúcido y a veces mordaz, no sólo porque fue la última de sus novelas en terminar antes de morir, y escrita bajo los rigores severos de una enfermedad que iba devorando a pasos agigantados su fortaleza física, –no su voluntad– sino porque en ella parece dejar escritas a fuego sus claras posturas y contrariedades. Porque se despide sin miedo de lo vano y estéril.

Todo el abolengo de los Elliot no es nada comparable con la fuerza y la inteligencia de su capitán Wentworth. La rancia y vana aristocracia de la vieja Inglaterra asentada en la tierra y los privilegios, desplazada por la savia nueva, representada aquí por sus oficiales de la marina: hombres valientes, inteligentes y hechos a sí mismos, que son el orgullo y también la nueva riqueza en esos momentos.

Junto a ellos, Anne Elliot ha ido viendo pasar su juventud, penando en silencio por seguir un consejo del pasado basado en los prejuicios sociales, pero también creciendo pese a las dificultades, y el vacío de su aristocrática familia. Aunque, al final, también en este último alegato vence la gran escritora de ‘Orgullo y prejuicio’, de ‘Sentido y sensibilidad’, de ‘Emma’ o de ‘Mansfield Park’, y deja su poso inmortal en esa segunda oportunidad ofrecida a Anne Elliot, su alter ego y el de otras muchas mujeres semejantes, de encontrar su lugar, por propia decisión, sin renunciar –a la manera austenita– a su propia realización personal y a su felicidad.
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