Por ello, el presidente de Hostelería de León, Martín Méndez, asegura abiertamente que las nuevas restricciones representan «la ruina para este sector». «Ya transitábamos por un camino de piedras y esta no es una más, sino que es la puntilla para una actividad que ya estaba herida de muerte», lamenta.
Las nuevas limitaciones de horario y de aforo y la imposibilidad de consumir en la barra se suman ahora a la «falta de clientela» que bares y restaurantes han ido notando desde que comenzase la segunda ola de la pandemia el pasado mes de agosto. «La situación es insostenible para la mayoría de las empresas, porque tenemos que mantener todo el empleo al menos hasta diciembre. Tengo siete empleados y ahora estamos vendiendo solo como para dejar uno o dos. Sinceramente, no sé cómo voy a pagar las nóminas y los impuestos. Y menos ahora, cuando no va a poder venir nadie de fuera», asevera el presidente de Hostelería de León antes de cuantificar los efectos que pueden tener las nuevas restricciones para frenar la pandemia.
«Si hasta el momento había un 20% de los locales de la ciudad de León que no habían abierto tras el estado de alarma, es fácil que durante los próximos meses lleguemos a la mitad y alcancemos los 600 negocios cerrados desde el inicio de la crisis sanitaria. Y si tenemos en cuenta los empleos directos e indirectos que genera el sector, podríamos estar hablando de casi 5.000 si la situación está normalizada a lo largo de la próxima primavera», detalla Méndez.
Las nuevas restricciones, la climatología adversa, que reduce notablemente la ocupación de las terrazas, y la ausencia total de turistas son por tanto los principales problemas a los que se enfrentan ahora mismo los bares y restaurantes. En este sentido, el presidente de Hostelería de León agradece el apoyo que ha mostrado el alcalde de la capital, José Antonio Diez, al sector a la hora de tratar de evitar o minimizar las restricciones dictadas por la Junta, pero al mismo tiempo le pide que haya más «facilidades» a la hora de poder mantener las terrazas durante el invierno. «En situaciones excepcionales hay que tomar decisiones excepcionales y las terrazas de invierno pueden se fundamentales para que muchos locales se mantengan», defiende Méndez antes de pedir también al equipo de gobierno que estudie la posibilidad de destinar parte de los remanentes a aliviar la carga fiscal del sector.
"Improvisación"
Un día después de conocer el confinamiento perimetral de León, los hosteleros se planteaban ayer cómo afrontar en sus locales las nuevas medidas impuestas por Sanidad. «El tema se pone muy difícil», comentaba Jesús Estévez, responsable de El Bigote del Marqués, en la zona de El Corte Inglés. «Ves que vas perdiendo capacidad de facturación, vas perdiendo aforo... viene una temporada muy dura», auguraba planteando que «hay que retomar temas como los Erte, que en su momento se aplicaron, y tratar de ajustarse un poco a la situación que vaya sucediendo, aunque el problema es que hay que ir improvisando prácticamente día a día». En su establecimiento, los cinco empleados con los que cuenta salieron del Erte el día 1 de julio y «la temporada de verano se salvó como se pudo dentro de las circunstancias», pero «evidentemente con estas medidas habrá que volver». Eso sí, todavía no había decidido cómo hacerlo. «No puedes ni prever nada ni plantearte ningún tipo de medida porque va sobre la marcha, hay que ir improvisando. Qué provoca improvisar? Que puede haber una serie de errores que pueden ser terribles a nivel económico y a nivel laboral», advierte antes de resignarse porque «nos guste o no nos guste nos tenemos que adaptar y acatar las normas, por supuesto», aunque habrá que ver «cómo nos adaptamos y cómo son las consecuencias».En la misma línea se mostraba el hostelero Marcos Puente en la Cervecería Gambrinus, también en esa zona. Las nuevas restricciones, tanto horarias como de aforo, «van a traer más Ertes y más paro y va a ser peor para todos», criticaba lamentando que cumplirlas hace «muy difícil» la subsistencia de negocios como el suyo. También lamentaba que la hostelería sea el sector más perjudicado por las medidas sanitarias, porque «parece que somos los culpables y aquí guardamos la distancia de seguridad y todo lo que nos mandan y somos los que menos contagios yo creo que estamos propagando por ahí», señalaba recordando que desde que pudieron reabrir los locales en la desescalada han cumplido, por lo que no entiende que se ‘criminalice’ al sector como responsable de la transmisión del coronavirus.
«Esto va a ser un caos, la ruina para la hostelería va a ser», sentenció.