Las primeras excavaciones que se realizan en la iglesia de San Pedro de Montes con el objetivo de encontrar los orígenes del monacato en el noroeste español han comenzado a destapar “cómo vivían los monjes” a partir del siglo XII, explica el director del proyecto Artemio Martínez.
Tres catas iniciales han sido determinantes para comenzar a explicar una historia de la que aún no había información, a sabiendas de que “era fundamental estos trabajos para encontrar esos orígenes”, dice Martínez. Esas excavaciones iniciales no ofrecen claves sobre los espacios en los que vivían los monjes de San Genadio y San Fructuoso, pero sí “cómo vivían, o más bien, cómo morían. En las catas se ha descubierto el osario del templo, algo que se conocía, también el suelo geológico y los niveles de enterramiento y la más interesante es la última, al lado derecho de la entrada, en la que han aparecido varios tipos de enterramiento y “un suelo con hoyos que es anterior a la iglesia, tal vez del siglo X”, explica Martínez.
No han aparecido muchos materiales en él “pero las perspectivas son muy buenas”, dice. De hecho, las excavaciones de la iglesia ya han alcanzado los niveles de los siglos encontrados en la investigación de la revista National Geographic. Reconoce Martínez, que lleva los trabajos al lado de Jorge López y del arqueólogo Marcos Muñoz, entre otros, que este trabajo que ahora se inicia “es a muy largo plazo pero hemos puesto la primera piedra”. Para seguir descubriendo la Tebaida, el segundo paso será excavar en la zona del antiguo Compludo, un segundo bastión en la zona. Se hará desde el 2 de junio al 14 de agosto con dos campañas simultáneas.
Estos trabajos iniciales se enmarcan dentro del proyecto ‘Orígenes de la Tebaida Berciana’ iniciado el pasado día 24 de abril y su fin será un estudio histórico posterior en el que colaborará José Alberto Moráis y Vicente Fernández. Los trabajos han supuesto una inyección económica de 27.650 euros aportada por la Consejería de Cultura, de los que 9.650 irán a parar a ese estudio final.
El director general, Enrique Saiz quiso visitar los trabajos anunciando que ese informe final deberá ser cotejado con el personal técnico de la Consejería “y se aprobará para establecer las conclusiones definitivas y fundamentar campañas de futuro”, dice. Reconoce que los trabajos comienzan aquí pero tendrán continuidad, aunque haciéndolo compatible con la vida ordinaria del templo. No podemos poner patas arriba una iglesia”. Los límites serán los objetivos marcados por los historiadores y también los permisos otorgados por el Obispado que ha gestionado el rector de la Basílica de la Encina y párroco en el pueblo, Antolín de Cela, que agradece estos trabajos y considera que no habrá problema por soportarlos. Sí apunta que la máxima preocupación del Obispado es no contar con inversiones para resolver los problemas de mantenimiento de sus templos, como el de Montes, que necesitaría una reparación en la cubierta, dañada por los últimos temporales. En este sentido, Saiz se comprometió a seguir invirtiendo en uno de los bastiones de la Tebaida.
La efemérides de que el año próximo se cumplan 1.100 años del monasterio“es una buena ocasión para mirar al pasado y al futuro y convertir a la Tebaida en un revulsivo”, dijo, aunque reconoce que la Junta invierte en el templo de manera continuada.
La iglesia de Montes destapa cómo vivían los monjes en sus primeras excavaciones
Los resultados inician el camino para descifrar los orígenes del monacato en el noroeste
16/05/2018
Actualizado a
19/09/2019
Lo más leído