La silicosis sigue atacando el Bierzo

Durante generaciones la silicosis fue la «enfermedad del minero» una desafortunada recompensa para una vida entera bajo tierra, una asesina silenciosa que condena a una vida de problemas respiratorios, fatiga y ahogos.
Las políticas de prevención y mejora de la ventilación en los pozos se tradujeron en una reducción de casos, que desde el declive general del sector ha cambiado de industria.

Desde hace cinco años es el sector pizarrero el que acapara el mayor número de casos en España, siendo Galicia y el Bierzo, las zonas donde están afincadas un gran número de empresas, donde más ataca.

Según los datos del Instituto Nacional de Silicosis, una decena de trabajadores del sector pizarrero, profundamente arraigado en el Bierzo, enfermaron en 2015, último año del que se poseen estadísticas, lo que convierte a la comarca, junto a Galicia, en el mayor foco de infección.

Y nadie es ajeno a ella. La mayoría de los casos afectan a trabajadores en activo o en edad laboral, una tendencia que se repite en todo el panorama nacional y que pone en relieve la necesidad de seguir promoviendo protocolos y medidas preventivas más allá de declarar la invalidez para todos los afectados.

En Ponferrada el propio Instituto Nacional de Silicosis llevó a cabo en noviembre de 2016 en Ponferrada un jornada de talleres para analizar y discutir líneas de mejora futuras en el control del riesgo derivado por exposición a sílice cristalina respirable, pero el riesgo de enfermedad derivado de la actividad en la industria sigue existiendo. «En los últimos años se han realizado importantes avances en el control de los riesgos, pero existe, no obstante, margen de mejora al respecto», explican desde la institución que en los últimos años ha apostado por un consenso entre administración y empresarios para implantar «de forma eficaz» una serie de medidas preventivas que buscan revertir la tendencia y se reduzca el porcentaje de casos entre los trabajadores más jóvenes.