La última de Santiago

Santiago ‘El Pastor’ de Argovejo era, a buen seguro, uno de los personajes más conocidos y entrañables de la comarca de Crémenes, su tierra. Este lunes falleció después de una dolorosa enfermedad

Fulgencio Fernández
12/01/2016
 Actualizado a 16/09/2019
Santiago ‘El Pastor’ sentado a la puerta del horreo de Lario en una imagen del invierno de 2013. | MERCHE GARCÍA
Santiago ‘El Pastor’ sentado a la puerta del horreo de Lario en una imagen del invierno de 2013. | MERCHE GARCÍA
Cada vez que visitabas la comarca de Riaño-Crémenes alguien te comentaba:"¿Sabes la última de Santiago El pastor de Argovejo?".

La ‘última de Santiago’ casi siempre era una frase ingeniosa, una definición para alguien, un chascarrillo o algún hecho que había protagonizado. Santiago siempre estaba en boca de todas, Santiago era uno de esos personajes irrepetibles del que todo el mundo sabía alguna anécdota. Era, sin duda, uno de los tipos más conocidos de aquella comarca. Entrañable y ácido a la vez. Socarrón a más no poder, provocador en ocasiones, bromista siempre.

El lobo es el animal más listo que hay después del Papa y señora. La pena es que come ovejas Tristemente ‘la última de Santiago’ ha sido la que todos temían en los últimos tiempos a la vista de su salud y que llegó este lunes, cuando falleció, después de una dolorosa enfermedad –"las culebras que yo vi en el monte para que ahora se me meta dentro esta culebrilla que me está matando"– a lo que se sumaron sus problemas bronquiales.
 
Tenía 77 años y su muerte se convirtió en la protagonista de todas las tertulias de aquella comarca que tantas veces recorrió, en la que todo el mundo le conocía.

Ecologista es un tío con prismáticos  y pantalón corto que no distingue un oso de un obispo Santiago llevaba con  orgullo sus dos apellidos, el real –Peñacorada– y el derivado de su profesión desde niño –El pastor– pues este socarrón impenitente nació en Argovejo y fue pastor casi desde niño. Pastor de los de antes, de vida en el chozo y en el monte, aire libre y libre él. "Yo en el  monte estoy muy bien, no riño con nadie, bueno con los lobos y con los ecologistas".

Como pastor de chozo mantenía una curiosa relación de admiración/odio con el lobo (y sus defensores, que aglutinaba bajo el ‘epígrafe’ de ecologistas). Una relación explicaba con una de sus famosas definiciones, de sus frases para el recuerdo:"El lobo es el animal más listo que hay... después del Papa y su señora. La pena es que coma ovejas".  Pero los ‘ecologistas’ no salían mejor parados de sus diatribas:"Un ecologista es un paisano con pantalón corto y prismáticos, que se emociona cuando ve un bicho con ellos pero no distingue una vaca de un obispo. Ya les digo yo, la que tiene cuernos es la vaca, seguro".

León es una tierra muy pobre, aquí sólo se dan buenas cosechas de topillos y cabrones  Era Santiago, el pastor, el socarrón, el trabajador desde niño contra viento y marea, lo que le llevó a tampoco tener muy buen concepto de nuestros gobernantes, tanto que a los 65 años no se quiso retirar porque, decía, "no quiero nada del Gobierno, ni de éste ni de otro".  Era un escéptico con gracia, como lo demuestra uno de sus mandamientos:"No esperes nada, en esta provincia no se dan buenas cosechas más que de topillos y cabrones".

Va a ser duro pasar por su tierra y que no haya "la última de Santiago".
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