Las luchas como lazo que une a los pueblos distantes en lo geográfico

La leonesa participó en un encuentro Erasmus en Serbia donde analizaron las posibilidades de desarrollo a través de las luchas

Fulgencio Fernández
29/06/2021
 Actualizado a 29/06/2021
En un foro de debate sobre luchas tradicionales no podía faltar la lucha, en este caso serbia, que tiene evidentes parecidos con nuestra lucha leonesa. | BARREÑADA
En un foro de debate sobre luchas tradicionales no podía faltar la lucha, en este caso serbia, que tiene evidentes parecidos con nuestra lucha leonesa. | BARREÑADA
Drenovac, camiseta de color naranja, contra Gornja Vranjska, de verde. Combate a una caída, a brazo partido, sin mascarilla (hace ya unos días que en las calles no se ven). El ‘corro’ se celebra en una zona deportiva (envidiable las que hay, y cómo se usan), en Šabac, noroeste de Serbia. Muy cercana, la iglesia ortodoxa de La Santísima Trinidad. Aquí, como en Serres, en el norte de Grecia, la “Palestra” siempre está próxima a un lugar santificado.

Seis clubes han asistido para participar en el encuentro de “juegos rurales”, en el cual, antes de la pandemia, lo hacían no menos de veinticinco. Costará recuperar el ritmo, pero lo harán. La fórmula de este tipo de encuentros es similar a lo que en la distante Irlanda, por ejemplo, se denominan ‘Community Games’, con representantes de esas localidades no urbanas (de menos de dos mil habitantes nos señalan en este caso) y con un principio rector que se ajusta a lo que en los Juegos y Deportes Tradicionales (como lo fue en origen del deporte mismo) es ley: la participación es más relevante que el triunfo. Desde los ‘mat’ de las olímpicas, con el apoyo y máximo interés de alguna de sus figuras internacionales, en Serbia se trabaja por la promoción de su lucha tradicional, su difusión en los ámbitos educativo, deportivo, lúdico. Para todo ello su presencia en “festivales” populares es útil circunstancia. Su aspiración: ser reconocida como patrimonio cultural en la lista de UNESCO.

Seis clubes acudieron al encuentro de Juegos Rurales, pandemia manda, solían ser no menos de 25La lucha, que cuenta con reducido número de inscritos en sus tres categorías (menos de 75, menos de 85 y más de 85 kilos), todos varones (la femenina aún espera) completa la jornada con otras prácticas más deportivizadas. En estas tierras serbias se intenta consolidar los agarres a la antigua usanza partiendo del entusiasmo de gentes de las olímpicas, como los integrantes del local Club Vitez, en serbio ‘Caballero’, nos cuenta su presidente, Jovica Mihailović, una vez que concluido el ‘festival’, nos enseña las instalaciones de las que han salido varios campeones continentales. Y nos enseñan también libros, manuales de lucha (incluidas las tradicionales) que son usados en la Facultad de Deportes de Belgrado. En una de sus páginas hay foto de dos tipos agarrados al cinto: y les contamos algo de quiénes son, de por qué se les conoció como ‘El Che’de Prioro y ‘El Faraón’ de Villaquilambre.

Marko Panović es también miembro del club, a la vez responsable de deportes en la municipalidad de esta pequeña ciudad asentada en la ribera del Sava, encaminado a encontrarse con el Danubio en Belgrado. Son las llanuras balcánicas que tanto han sufrido desde hace tanto tiempo. La única altura considerable de la región es el monte en cuya ladera se honra el memorial de caídos en las grandes guerras, sin separarles sus uniformes. Allí descansa también el padre de Alexander, otro de los miembros del club que han asumido, con generosidad, y bastante más, la organización de unas jornadas incluidas en el programa de Erasmus+ Sport TRAWECU, del cual es socio la Universidad de León.

En el día anterior ha tenido lugar una mesa en la que se han aunado propuestas de cara a las oportunidades que, desde el ámbito de cada uno de los socios, se abren para esa iniciativa que pretende servir a sus comunidades del recurso de la tradición para su desarrollo a través de un turismo sostenible. En las presentaciones proyectadas, una fotografía de tiempos de la I Guerra Mundial, realizado por Rista Marjanović, en la que dos soldados aprovechan momento entre batallas para agarrarse a brazo partido, se asemeja tanto a la que José Antonio Robles Tascón difundiera de aluche en Campohermoso tras una facendera, de la misma época, que a uno le da por referir lo que es ese trabajo comunal en León. Y no le extraña esto en absoluto a los locales, que tienen su ‘Moba’, idéntica en fórmula. Entre los que intervienen en la mesa está también Marko Jovanović, luchador y campeón de olímpica, profesor de Ciencias del Deporte en Novi-Sad y entregado a la recuperación de la tradicional de Serbia. Es tanto lo que une a las gentes de pueblos tan distantes a través de sus luchas.
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