LNC Cofrade: El día de la Alegría

Angustias conmemora, desde su fundación en 1578, la solemnidad de Pentecostés

Carlos García Rioja
08/06/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Mucho ha cambiado la procesión de la Alegría desde los reducidos trono y acompañamiento en 1982 al cortejo actual. | ARCHIVO GUILLERMO PINTOR
Mucho ha cambiado la procesión de la Alegría desde los reducidos trono y acompañamiento en 1982 al cortejo actual. | ARCHIVO GUILLERMO PINTOR
Es, sin duda, la celebración letífica más antigua de cuantas organizan las penitenciales leonesas. No en vano, quedó instituida en la regla fundacional de la cofradía, descubierta por Antonio Alonso Morán, ya bajo ese nombre –fiesta de la Alegría– con vísperas, misa, sermón y una procesión «para celebrar los gozos de la Virgen después de las Angustias que padeció en la Vida y Pasión de su precioso Hijo».

La celebración alcanzó gran pujanza en las siguientes centurias. Así, gracias a Gonzalo Márquez conocemos la solicitud «para correr un toro» en 1752 y que, ya un siglo antes, se le habría concedido una ayuda municipal a la fiesta. Precisamente en los escasos relatos existentes, se alude también a que, en esa jornada, los seises acudían «ante la puerta Gallega –actual plazoleta de San Francisco– para pasar revista al ganado que la cofradía tiene dado en aparcería». Por desgracia, a mediados del siglo XIX, la penuria desamortizadora dejó la vieja tradición reducida a «una misa rezada para dar a conocer al nuevo abad».

Tras un periodo de languidez, la Cofradía de Angustias inició en 1940 una reorganización que tuvo como primer abad al recordado José Pinto Maestro. Así, al año siguiente, se restauró la imagen de la Virgen de la Alegría, retomándose esta celebración, como se desprende de los libros de actas y cuentas de la penitencial. Quizá no con el boato de otros tiempos, pero sí con gran solemnidad, Pentecostés volvió a ser una fecha señalada para la penitencial de negro y oro.

Con la festividad ya de nuevo asentada, en 1951 se acordó que la procesión –que entonces discurría entre los templos de Santa Nonia y del Mercado– solo se celebrase coincidiendo con la toma de posesión del nuevo abad. Así fue cada año par hasta un ‘cambio de varas’ celebrado en 1993; desde entonces, la Virgen de la Alegría sale todos los años a la calle.

En la última década, la fiesta ha experimentado un notable empuje. Desde 2009 se celebran en la jornada previa distintas actividades lúdicas en las denominadas ‘Vísperas’. Asimismo, el estreno en 2015 del trono, realizado en orfebrería, coincidió con una notable ampliación del itinerario procesional –ceñido durante décadas a los aledaños de la capilla– incorporándose también una banda al cortejo. No es de extrañar que, en 2017, la Diputación le concediese el título de «manifestación popular de interés turístico provincial».
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