El curso de verano que se celebra en Cistierna dedicado a ‘El exilio español en la posguerra’, ofrece en la mañana de este martes una ponencia de Javier Revilla y Sergio Alberto Peña titulada ‘Excombatientes, refugiados y exiliados ante la caída del Frente Norte’ en la que estos dos historiadores de la Universidad de León «observaremos principalmente distintas salidas por barco hacia Francia ante las caídas de Bilbao (19-06-1937), Santander (28-08-1937) y Gijón (21-10-1937). Gracias a la documentación que conserva el Archivo Histórico de Euskadi hemos podido investigar hasta 45 barcos que partieron de puertos del Cantábrico (Santander, Ribadesella, Avilés y Gijón), con llegadas a puertos franceses (Saint Nazaire, Pauillac, La Pallice-La Rochelle y El Havre)».
Recuerdan Revilla y Peña que esta huida fue consecuencia de «la progresiva toma del llamado Frente Norte por parte de los sublevados en 1937, lo que provocó la huida de miles de republicanos que vivían en las provincias afectadas: Vizcaya, Burgos, Santander, Palencia, Asturias o León. Algunos se escondieron en edificios o en los montes, pero la gran mayoría embarcaron desde los puertos del Cantábrico, bien hacia otros territorios republicanos (principalmente los que querían y/o podían seguir combatiendo) bien hacia países que les acogieron como refugiados».
Dedican en su ponencia un apartado especial a los leoneses implicados en este exilio. «De los miles de refugiados, aunque de muchos de ellos no se dan referencias geográficas, hemos podido identificar a 173 leonesas y leoneses que embarcaron en 12 vapores como el Bradmen, el Marvia, el Kenfig Pool, el Celta o el Jacobus. Incluso para algunos de ellos podemos saber su ciudad de destino posterior en el territorio francés, estableciéndose por ejemplo en Saint-Brieuc, Lons le Saunier, Cherbourg y otras poblaciones de acogida».
Y hacen referencia explícita a las leonesas pues las cifras lo piden. «La mayoría de aquellos 173 refugiados leoneses que identificamos fueron mujeres (65%) y destacaron por embarcar en grupos familiares, principalmente con sus hijos; de hecho, casi el 60% de estos refugiados leoneses eran menores de 23 años (la edad para votar en la Segunda República) y tenemos casos de bebés, como Luciano Suárez Fuertes que, con apenas 1 año, junto a su madre y otros 4 hermanos, embarcaron en el Vapor Celta que arribó en Paulliac el 09/09/1937. Un mes antes nos consta el viaje de la leonesa más anciana en estas huidas, Vicenta Ponga Martínez, la cual con 77 años embarcó en el Vapor Marvia y llegó a Saint Nazaire el 04/08/1937, estableciéndose posteriormente en la ciudad de Chartres».
Señalan que este estudio, pionero en este campo, es una puerta abierta para seguir investigando pues, explican, «todavía quedan por investigar a miles de exiliados republicanos leoneses que permanecen anónimos». Tal vez en el próximo curso lleguen nuevos datos.