Desde luego, este ser marino, nos ofrece una posibilidades maravillosas. ¡¡¡Un verdadero tesoro!!! No menos juego nos dan las alcachofas, auténticas flores de nuestra huerta... cuando se juntan forman una pareja irresistible.
Tudela, nos ofrece unas verdes, prietas y sanas hortalizas, llenas de sabor. Las cocemos, en agua con sal, enteras... cuando estén tiernas las limpiamos de tallo y hojas más externas. Cortamos las puntas y dejamos los auténticos cogollos que abriremos para poder rellenar, una vez escurridas perfectamente...
Mientras preparamos, una vez más, una bechamel más bien ligera, con sus toques de sal, pimienta, nuez moscada y mi ya habitual puntina de canela molida. Reservar.
Para la farsa, lo cotidiano, sartén al fuego con aceite, ajo, cebolla, zanahoria y pimiento verde, todo bien picadín..., dejar sudar y mejorarlo con un poco de carne de choricero, una cucharada de salsa de tomate. Seguimos revolviendo con nuestra madera, ponemos el desmigado de bacalao. Dejar cocinar y suavizar con un par de cucharadas de la bechamel reservada... finalizar y atemperar, lo que facilitará la acción de rellenar.
Fuente que admita el tratamiento térmico del horno. Fondeamos con una salsa casera de tomate y vamos poniendo verticalmente las verduras una vez llenas de la mezcla de bacalao. Napar generosamente con la bechamel reservada y después de marcar la cumbre con una lasca de mantequilla, al infierno a gratinar. Sabrosas, apetecibles, sublimes, ¡¡¡a gozar!!!
Creo que voy a mejorarlas con una pizca de pan tierno.
Copa de vino tinto, ¡¡¡o dos!!! de maduro y carnoso Peique, bodega del mismo nombre. Uva 100 % mencía de la DO Bierzo.
¡Tranca!