Dos escritoras participarán este viernes en el II Festival Internacional de Literatura Insólita, que organiza la Academia de las Artes, las Letras y las Ciencias de León. Espido Freire y Ana Merino expondrán su visión de la literatura de lo inusual en sendos coloquios, que este viernes se traslada desde del Palacio del Conde Luna a la sede del Colegio de Arquitectos de León.
Freire abrirá las sesiones a las 18:00 horas para abordar ‘El ser humano desde la realidad simbólica. Mitos, cuentos y horrores’. Por su parte, la novelista, poeta y dramaturga Ana Merino expondrá a las 19:00 horas 'El sustrato de lo insólito como pulsión creativa'.
Ana Merino arrancó en el mundo de la literatura cultivando la poesía, aunque posteriormente comenzó con la novela y el teatro. Ganadora en 2020 del Premio Nadal con la novela ‘El mapa de los afectos’, dirige la Cátedra Planeta de Literatura y Sociedad en la Universidad Internacional de Valencia-VIU. Participará este viernes en el Festival Quimeras en un coloquio que se titula ‘El sustrato de lo insólito como pulsión creativa’.
-Es novelista, poeta y dramaturga. ¿Cómo selecciona el género a la hora de iniciar una historia?
-Es la visión que tengo de lo que me pide en ese momento. La poesía es algo que sale de dentro, que está lleno de sustancia emocional, que es lo que empecé a escribir cuando era muy joven, era la forma en la que definía mis emociones. El teatro y la narrativa empiezan a aparecer cuando hay otros personajes. Aunque en mi poesía hay muchos personajes -es una poesía que a veces tiene tintes narrativos, donde suceden cosas y hay historias dentro de los poemas-, el teatro y la novela fueron plasmando otras vivencias y otros personajes, otras voces.
-Escribe ciencia ficción para proyectar pensamientos filosóficos. ¿Qué tiene de filosofía la ciencia ficción?
-Proyectar el futuro es hacer filosofía, pensar en las ideas de la humanidad, en el contexto del tiempo hacia el futuro, es una forma de hacer filosofía y de proyectarse.
-Su última novela, Planeta Lasvi, es de ciencia ficción y es para el público juvenil. ¿Los jóvenes asimilan mejor la ciencia ficción?
-La ciencia ficción está abierta a todas las edades. Todos disfrutamos con la ciencia ficción, lo que pasa es que en ‘Planeta Lasvi’ vemos un grupo de niños y eso hace que conecten con los jóvenes. Un joven, cuando lee a un personaje que va evolucionando cercano a su edad, encuentra interlocutor, y eso es importante, que los jóvenes tengan interlocutores dentro de los personajes. Esta novela ofrece este espacio de los jóvenes y del mundo de los adultos, que también disfrutan con la ciencia ficción.
-Las novelas de ciencia ficción están dirigidas a los adultos. ¿‘Planeta Lasvi’ es una excepción?
-Claro, porque está buscando que el público juvenil también se incluya en esos dilemas, en esas complejas realidades, en esos mundos paralelos, que también se puedan proyectar. La interpretación que hacen los jóvenes de ‘Plante Lasvi’ es diferente a la que hacen los adultos. Hay tramas para todos en la novela.
-¿La poesía encaja en la literatura insólita?
-Creo que sí. En el momento en que empiezas a reflexionar sobre el espacio, sobre la realidad humana y sobre el futuro, también hay un espacio para lo insólito. En mis poemas hay personajes: el doble, que desaparecen, misteriosos, insólitos.
-¿El teatro es más proclive a plantear historias insólitas?
-En el teatro puedes jugar mucho. Tengo cuatro obras de teatro y una de ellas, la primera, ‘Amor: muy frágil’, es una distopía, que sucede en una planta de tratamiento de residuos en un futuro no muy lejano en el que la tierra está en descomposición, entonces volvemos otra vez hacia lo inquietante, ese mundo donde hay otras realidades. En mi segunda obra de teatro, ‘Las decepciones’, se desarrolla en un taller de escritura creativa y uno de los chicos quiere ser novelista y está obsesionado con ello. Se dedica a escribir novelas de ciencia ficción. No tiene mucha suerte en ese proceso, pero sí hay un debate sobre la creatividad y sobre cómo construimos historias. ‘El hombre de los corazones’, que es una novela juvenil que publiqué en 2009 es la historia de un sueño, es la historia de una madre que le cuenta a su hija la historia de un hombre que tiene dos corazones y que está buscando a su hermano. Ahí impregno mi trama con pinceladas de lo insólito.
-¿A que se debe que haya una eclosión de literatura insólita?
-Lo insólito ha estado presente siempre en la literatura, lo que ocurre es que hubo un tiempo en que lo real, la literatura más realista, marcaba el canon, pero en el momento que se abre el canon a todas las literaturas, lo insólito otra vez vuelve a florecer.
-Titula su intervención en Quimeras ‘El sustrato de lo insólito como pulsión creativa’. ¿Qué pulsión crea lo insólito?
-Ahonda en lo misterioso, ahonda en lo posible imaginado, en superar los miedos, en atreverte a mirar lo posible… Esto es muy interesante, que la imaginación no se encorseta, que sea capaz de construir mundos paralelos, universos paralelos, realidades, profundizar en personajes que van allá de lo tradicional, de lo conocido.
-Su primera novela, ‘El mapa de los afectos’, ganó el premio Nadal. ¿La literatura de lo insólito puede llegar a un consumo masivo con premios como este?
-Lo insólito puede encontrar su lugar en el universo lector, porque el lector lo que busca es que se cuente buenas historias. Al lector lo que le gusta es conocer realidades. Hay otros géneros que copan el mercado como el policiaco, que tiene un ejército de lectores, pero creo que el buen lector de literatura disfruta de todos los géneros. Lo que le interesa son buenos libros. En el ámbito de lo insólito hay buena literatura. El lector va air descubriendo poco a poco estas voces y lo que nos ofrecen. El Festival Quimeras lo que te permite es descubrir esa variedad de voces y cómo el ritmo, el estilo se fragua con atmósferas misteriosas, con sensaciones nuevas en el proceso lector.
-¿Como escritora vinculada a León, qué le parece que aquí se celebre un festival dedicado a la literatura insólita?
-En León hay una gran tradición literaria. Está la tradición oral, el filandón, que tanto ha marcado a esta cultura en la que han construido el relato y en la que lo misterioso se adueña del territorio. Hay muchas leyendas, mucha construcción, como las janas, seres mitológicos que habitan en los bosques… Hay una realidad paralela. La literatura del cuento que da pie a lo insólito es muy fértil. Mi padre [José María Merino] es un gran escritor de lo insólito, por poner un ejemplo cercano. León tiene una historia muy rica y fértil donde lo real y lo posible se han ido mezclando a lo largo de los siglos y eso ha permitido que sea un lugar mágico vivir y visitar. Es ideal para un festival de este tipo.