Hoy es 24 de diciembre y este es el último de los artículos dedicados a recorrer los caminos artísticos de nuestras mujeres leonesas que publicaré dentro de este año que está a punto de acabar. Tenía ya pensada una nueva protagonista para el mismo pero los acontecimientos del pasado sábado me han dado pie a darle un giro a mi inicial propuesta y aprovechar para hacer un balance de la sección y de lo acontecido durante este último año, en torno a las que han sido protagonistas de esta sección que llevo con orgullo y también de otras que aún no han pasado por la misma, o que lo hicieron ya hace tiempo y tal vez vuelvan a hacerlo algún día. Porque ¿acaso no son, estas fechas, días de balances, de analizar lo logrado y lo que se nos ha quedado por el camino antes de proponernos nuevas metas? Pues bien, este pasado sábado me desplacé al cercano pueblo de Villafañe, en el ayuntamiento de Villasabariego, con motivo de realizar una más de las diferentes actividades de acercamiento que desde el pasado mes de marzo llevo haciendo en torno a la figura de Eva González, la conocida como “dama del patsuezu”, y a la que este año se le dedicó –con la participación de medio centenar de firmas del mundo del arte y la cultura- el libro homenaje que, desde el 2018, forma parte de un proyecto de recuperación de nuestras antepasadas, sobre todo las ligadas fundamentalmente al mundo de la literatura y la tradición oral. Fue un participativo encuentro al final del cual una de las asistentes se me acercó y me dijo: «Cuando comenzaste diciendo que eran muchas las mujeres que formaban parte del mundo literario leonés, intenté buscar en mi cabeza esos nombres y me he dado cuenta de que son prácticamente inexistentes. Después de haberte escuchado me voy con la satisfacción de haber conocido a algunas de ellas y con la intención de pasarme por la biblioteca para descubrir a otras, porque me ha sorprendido, no solamente las que puede haber, sino lo mucho que pueden aportarnos».
Un par de semanas antes me había ocurrido algo parecido en Santa María del Páramo, también en otro encuentro en torno a Eva González. Allí, otra mujer se me acercó para comentarme que su madre y su abuela eran de Palacios del Sil, lugar del que esta procedía y cuya existencia desconocía hasta este momento. Se iba emocionada a casa con un libro entre las manos y el firme deseo de dejarse sumergir en su biografía y en su obra, además de en la de aquellas personas (la mayoría mujeres) que habían escrito y participado en la obra, inspiradas por su descubrimiento. Palabras como estas, o parecidas a ellas, que de vez en cuando te llegan por boca de algunas de las personas que asisten a los diferentes encuentros, o que te leen aquí y allá, son el acicate para seguir adelante con este trabajo quincenal que una hace altruistamente y en el que más de una vez ha estado tentada de tirar la toalla, porque exige mucho tiempo y mucha dedicación, al igual que lo exige todo ese recorrido por la provincia, en pequeños o grandes encuentros (no importa tanto la cantidad de asistentes sino la entrega con la que acuden a ellos), para darlas a conocer, para hablar sobre ellas y, de paso, crear la oportunidad y el momento para que surjan nuevos nombres en torno a los que indagar para rescatar a quienes los llevan.
Lo más bonito de todos estos encuentros que surgen en torno a estos homenajes y las actividades celebradas en torno a ellos, es que –aunque sea poco a poco y contándolos aún casi con los dedos de una mano- también los hombres se acercan a los mismos y disfrutan, creo (o así al menos he creído percibirlo), de poder descubrir la aportación de estas grandes mujeres que aún tienen tanto de anónimo.
El proyecto de mujeres dio comienzo en 2018, se centró primero en mujeres de las que sí podemos encontrar biografía y obra, aunque si hablamos de reconocimiento actual, aún queda mucho que decir. Fueron, por este orden, Concha Espina, Josefina Aldecoa y Alfonsa de la Torre. Pero, pensarán algunos, de estas tres solo hay una leonesa. Una leonesa, Josefina Aldecoa, y otra con muchas implicaciones con nuestra provincia, Concha Espina. Y es que, por aquel entonces, al comienzo del proyecto, aún no estaba definida la idea de dedicar dichos homenajes a las mujeres leonesas. Claro, que tampoco se nos ocurrió pensar hasta donde podían derivar estos y el alcance que a los mismos se les llegaría a dar. Después, a partir de la cuarta, y tras un tiempo de intensa reflexión que nos permitió el parón social de la pandemia, volvimos la mirada a mujeres con una más que considerable obra pero prácticamente desconocidas para el público en general. Y decidimos acercarlas a todo el público, además de a través de nuestros textos e ilustraciones homenaje, a través de una biografía y de una recopilación bibliográfica inexistentes hasta el momento. Y llegaron Manuela López, Felisa Rodríguez, Manuela Rejas y (la última de momento porque la siguiente ya está en preparación) Eva González.
Con algunos proyectos se ha ido más allá. Así todo el trabajo realizado en torno a Manuela López García, nos ha permitido recuperar una buena parte de su obra inédita (junto a parte de la ya publicada) y que el interés por ella haya llegado hasta el punto de incluirla en alguna antología importante de mujeres recuperadas en torno a la Generación del 27 y sus más reconocidas “sin sombrero”. Los textos de varias de ellas han entrado a formar parte de recitales poético-musicales a través de los cuales acercarlas a distintos tipos de público. O el caso de Josefina Aldecoa, cuya narrativa podemos considerar de una más que vigente actualidad, fuimos por otro camino, tratando de que nuestros jovencísimos narradores (de los cuales puedo dar fe de que hay una excelente cantera) conocieran de primera mano su obra y que se sintieran inspirados por ella. Leerla e inspirarnos para escribir, y así creamos el concurso “Letras para Josefina”, del que estamos a punto de lanzar la cuarta edición. Y como ejemplo del buen hacer de estos jovencísimos en el arte de las letras, hemos hecho el esfuerzo de recopilar en un precioso librito los relatos finalistas de las tres primeras convocatorias, junto a las ilustraciones originales que formaban parte del premio que cada uno de ellos recibió. Y sí, digo que hemos hecho el esfuerzo porque las instituciones que deberían estar ahí, apoyando ese futuro de nuestras letras, (salvo en el puntual caso de unas pocas y pequeñas entidades que sí han sido capaces de apoyar dicho esfuerzo y dicho futuro) se ponen de lado o directamente dan la espalda a este tipo de proyectos que solo buscan alentar a nuestros jóvenes y respaldar su gran capacidad creadora. “Tenemos entre manos proyectos más importantes”, he llegado a escuchar al hablarles del proyecto. “No hay forma legal de apoyar lo”. ¿Estamos hablando en serio? ¿De verdad puede haber algo más importante que apoyar mínimamente proyectos que piensan en el futuro de nuestros jóvenes? ¿De verdad somos incapaces de encontrar una fórmula para hacerlo? Y que conste que estamos hablando de cantidades realmente irrisorias, para apoyar la ilusión de futuro de unos jóvenes que tienen verdadero talento. Claro que, a todas luces se trata de un futuro que difícilmente les llenará los bolsillos (aunque sí el espíritu), pues ya sabemos todos que de la literatura (salvo casos muy muy puntuales) es prácticamente imposible vivir. Josefina Aldecoa, nació y se crió en La Robla y sus primeros años de estudio, más allá de la primera enseñanza, estuvo ligada a León y a los movimientos literarios de la misma. Aunque a simple vista pueda no parecerlo, muchas obras recogen paisajes y personajes de esta tierra, y estos últimos –sobre todo los más cercanos- dejaron en ella una importante impronta en la que se inspiraron los personajes de sus más célebres historias. En el imaginario de cada escritora, de cada artista, quedan guardados para siempre muchos elementos vividos en la primera etapa de su vida que más adelante irán dando forma a una obra propia. Y eso es lo que, de alguna forma, hemos querido transmitir a los más jóvenes del “reino”.
Pero cambiemos de tema y sigamos haciendo balance, que es lo que pretendía con el artículo de hoy, porque no sé si lo demás tiene remedio. De vez en cuando, respecto a esta sección, hay quien me pregunta si no se me acaban las protagonistas. A día de hoy, desde que comencé con diferentes secciones (pueden acceder a casi todas ellas a través de mi blog personal) ya son cerca de doscientas las mujeres leonesas de todos los tiempos que han pasado por ellas. He comentado en más de una ocasión que la misma surgió, en cierta manera, en respuesta a esa tonta afirmación que repetidamente me llegaba (siempre desde el lado masculino, claro) de que en determinados campos (o lugares) no había mujeres, nosotras, simplemente, no estábamos: no hacíamos, no escribíamos, no pensábamos, no creábamos..., en otras palabras, no existíamos.
Solo en el último año, y en esta sección, yo misma he dedicado dieciséis artículos (algunos con protagonista única y otros con grupo de mujeres representadas) al trabajo artístico de las leonesas. Sin contar el que nos ocupa y teniendo en cuenta que habitualmente escribo cada dos semanas, sin contar el espacio veraniego que dedico también a una visión artística desde lo femenino. Algunas forman parte de nuestro pasado, otras de nuestro presente y algunas serán parte del futuro de nuestras letras. No voy a nombrarlas a todas porque para localizarlas ya está la hemeroteca, aunque sí me gustaría destacar entre todas –por aquello del futuro de nuestras letras del que venimos hablando desde el principio- a la más que jovencísima autora capaz de darnos una preciosa visión de los niños autistas que nos enseña a mirarlos bajo otro prisma, con quien compartí caseta de firmas e interesante conversación en la Feria del Libro de este año. A ellas habrán de unirse con el tiempo otras a las que aún no he podido llegar, como la jovencísima autora del último premio Jordi Sierra i Fabra, o jóvenes ilustradoras que poco a poco voy conociendo a través de obras relacionadas también con el mundo de la mujer o con literatura infantil y juvenil, o... En fin, durante este último año, han sido muchas las autoras leonesas que han llenado de literatura nuestra ciudad, con historias escritas para los más peques de la casa (algunas de ellas ahondando en el imaginario de nuestras tradiciones, con la pretensión de intentar que estas no desaparezcan para siempre en el olvido de una cultura que está siendo absorbida por la deshumanización de las redes sociales que buscan la inmediatez y dan al traste), con novela, con relato, con poesía,..., con interesantes propuestas de divulgación en torno a nuestro patrimonio, a nuestras mujeres... No nombro concretamente a ninguna compañera porque corro el peligro de dejar a muchas en el tintero, pero ahora que estamos en fechas de realizar esos regalos de Papá Noel, de Reyes Magos, de amigos invisibles o con cualquier otra disculpa que nos lleve a hacer un regalo les invito que acudan a nuestras librerías y pregunten por los libros de las autoras leonesas. Tampoco es mala opción visitar las galerías de arte (por cierto, la mayor parte de ellas regentadas por mujeres) y adquirir alguna pieza de pintura, escultura, fotografía, cerámica... que han salido de las manos creadoras de nuestras mujeres. Y sí, si no encuentran suficientes referencias, búsquenlas en el histórico de esta sección. Seguro que alguna aparecerá que se adapte a sus expectativas. Salgan de su zona de confort y ábranse a otras posibilidades. Estoy segura de que no saldrán defraudados.
Yo les espero ya el próximo año con nuevas propuestas que combinarán el pasado con el presente, porque fueron más de las que podemos imaginar las que, en tiempos mucho más difíciles, también hicieron femeninos los caminos del arte leonés.