Juan Pedro Aparicio, el escritor leonés encargado de lanzarle este año las coplas a San Antón, que organiza la Asociación San Francisco el Real Extramuros de León después de recuperar este acto hace unos años, reconocía que «me costó aceptar este reto porque jamás he hecho coplillas, tenía miedo a no estar a la altura, pero ocurre que esta gente que lo organiza —Barreñada, Héctor Luis...—son leoneses de ley, gente admirable, si hubiera muchos como ellos estaríamos como Alemania».
Había otro factor que le animaba a estar en el acto:«Soy muy animalista, muy defensor de ellos, pero ya anuncio que al santo le voy a dar caña porque desde que Genarín hizo algo por nosotros, y subió la Cultural, nadie parece ocuparse de esta tierra y a él estamos acudiendo cada año en enero».
A la hora acordada estaba en la plaza de Botines todo preparado, la hoguera, el fervudo, los cotinos, los leoneses que desafiaban al frío y se congregaron convencidos de que Juan Pedro Aparicio no decepcionaría, su trayectoria y su obra le avala, y le daría caña a todos aquellos que históricamente han pasado de León y las reivindicaciones de esta tierra.
Como es tradicional en los últimos años el buen de Manuel Ferrero calentó el ambiente con sus coplillas habituales, tan jocosas como reivindicativas, y llegó el momento en el que al autor de El Transcantábrico le pusieron la capa preceptiva y éste venció sus reticencias a la coplilla e hizo las delicias de los asistentes desde el inicio.
- San Antón, / noble figura, / patrón de los animales, / muchos son nuestros males, / escucha nuestra amargura. // De reyes y mesnadas / fue León un gran hogar / hoy su fuerza secular / la esquilman tierra cercanas».
Fueron muchos de los asistentes los que les pusieron nombre a las tierras cercanas, pero no hicieron falta las adivinanzas, Juan Pedro Aparicio no tardó en ponerle nombre y apellidos, que no llegó a Botines con ganas de esconderse de nada. «Había un sueño atlántico / vías de conexión / pero todo se lo llevan / a Pucela a montón». Se intuía que no iba a tardar en llegar la exisgencia que los asistentes esperaban: «Queremos la Autonomía /para una vida mejor, / sin las malas compañías / lo pedimos con fervor. // Queremos la Autonomía / contra derecho perdida / la soñamos cada día y nunca se nos olvida».
No se olvidó en su repaso de los avatares de muchas de las comarcas leonesas a las que ha dedicado muchas lineas en sus escritos. «Riaño lloró su valle / sus montes, su identidad, / allí cayó la memoria / de un León en libertad. //Había vacas, praderíos, / osos y lobos también, /y hombres que eran / montañeses, médula pura del bien. //El carbón que aquí extrajimos / alimentó al exterior /las luces brillaron lejos /y León sufrió el apagón».
No le faltaron a las coplillas, está en su esencia, su parte jocosa, jugando con una de las pasiones de Aparicio, su Cultural, y la anunciada comparación de Genarín, San Genarín matiza, con el otro santo de la cita:San Antón. «Recuerdo cuando la gloria, / tocó el suelo leonés, / pues a Primera División / la Cultural subió una vez. //Aquel año hubo milagro / Genarín lo concedió, /ganamos un buen partido / todo León lo celebró. // Pero pronto vino el golpe, / que a Segunda nos volvió. /Hoy andamos en Preferente / lo que no le gusta a la gente».
Y cerró las coplas como seguramente el público esperaba: «Con Autonomía y dignidad / León brillará en libertad. / Concedenos esta petición / y seremos una gran Región / Adiós, San Antón Bendito / te lo hemos pedido con fe; / si no escuchas este año / el próximo no volveré». Dicho queda.