Aportaciones de Casimiro Alonso Ibáñez al Museo de León

Anticuaria en León en el siglo XIX (y en el II)

Isabel Barrionuevo Almuzara
23/03/2025
 Actualizado a 23/03/2025
Piedra del derribo del Rastro. Siglo II avanzado. | MUSEO DE LEÓN
Piedra del derribo del Rastro. Siglo II avanzado. | MUSEO DE LEÓN

En el Catálogo de 100 piezas del Museo de León (fundado como Museo Arqueológico Provincial el 6 de junio de 1869) editado en 1993 se cita a 89 personas e instituciones donantes de piezas al Museo. En la relación se nombra a Casimiro Alonso Ibáñez, anticuario, coleccionista, empresario y fotógrafo, nacido en León en 1832, ciudad en la que murió en 1892 a los 59 años. Alonso Ibáñez mantuvo una manifiesta actividad con el patrimonio cultural de la provincia, en concreto con la arqueología y con la anticuaria. Fue vocal de la Comisión Provincial de Monumentos y correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Fidel Fita y Eduardo Saavedra publicaron el título Epigrafía Romana de la Ciudad de León en 1866, año en el que ambos abandonan la ciudad de León (el epigrafista e historiador Fita residía en León desde 1860 y Saavedra era el ingeniero responsable de las obras del ferrocarril Palencia-León-Ponferrada, adjudicadas en 1861). En su texto, citan a Casimiro Alonso como «nuestro excelente amigo» y «protagonista de hallazgos» [arqueológicos].
‘Calcos Epigráficos’, firmado en diciembre de 1888 y depositado por Fidel Fita en la Real Academia de la Historia una semana después, es el único texto escrito de Casimiro Alonso, conocido hasta el momento, que permite relacionarlo con el estudio y la interpretación de restos materiales de la historia de León, con la arqueología, que ya en 1888 era una ciencia asentada y reconocida, pero que en la década de 1860, cuando se registran las primeras excavaciones arqueológicas en la provincia, en La Milla del Río y Lancia, se asimilaba tan solo al anticuarismo, al gusto por lo antiguo.
Y eso era en 1866 Casimiro Alonso, un ejerciente de la anticuaria, una persona que coleccionaba o negociaba con antigüedades. Antes de que su conocimiento se institucionalizase en 1886, al ser nombrado correspondiente en León de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y en 1887, elegido vocal de la Comisión Provincial de Monumentos, en ambos casos hasta su fallecimiento en 1892, mantenía una viva actividad cultural tanto en Astorga, copiando o encargando la copia de lápidas romanas (hay referencias en prensa de 1875), como en León, cuando en 1877 se le requiere para que se persone ante el hallazgo de un sepulcro en el transcurso de unas excavaciones en una huerta de la Sierra del Agua (actual avenida de la Facultad de Veterinaria) para evaluar el contenido del enterramiento (un collar, un colgante y pendientes), que fue trasladado el Museo Arqueológico Provincial. 
Desde el Museo de León se apunta que a este mismo ajuar alude D. Eloy Díaz Jiménez en ‘El Museo Arqueológico de San Marcos de León’. Apuntes para un catálogo refiriendo los pendientes de granates, que se encontraban en el Museo en el momento de la redacción del catálogo (1920) y Ángel Nieto en su Guía histórico-descriptiva del Museo Arqueológico de León, de1925). Asimismo que «el ajuar del enterramiento incluye un número mayor de piezas de las que se describen en el momento del hallazgo, que era un sepulcro latericio con todos los objetos que contenía, entre los cuales había un par de pendientes de oro y granate, un collar de plata, un sello de cornalina y una moneda del emperador Filipo».
El ajuar sigue en el Museo de León. Algunas de las piezas forman parte en la exposición permanente, como el collar de plata o el sello de coralina, que es en realidad un entalle, posiblemente de azabache; otras se encuentran en los almacenes, como un vaso de cerámica o la moneda de Filipo, se indica desde el museo. 
Al menos 7 piezas del Museo de León
Es conocido que Casimiro Alonso vendió piezas a la Comisión Provincial de Monumentos en 1871 destinadas a la colección del Museo Arqueológico Provincial (las actas no detallan de qué se trataba), pero sí se le relaciona con la contribución de, al menos, siete piezas al depósito arqueológico del Museo de León, que se detallan a continuación.
La denominada Lápida de Puente Castro (año 1100) encontrada en 1866 en el cementerio judío de Puente Castro y depositada en el Museo Arqueológico leonés «merced a las activas diligencias de mi excelente amigo Casimiro Alonso al Museo Arqueológico», explica Fita en el expediente en el que se relata el depósito en la Real Academia de la Historia de un vaciado de yeso de la pieza realizado por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, desplazado en León por las obras de rehabilitación de la Catedral. La lápida forma parte en la actualidad de la colección permanente del Museo Sefardí de Toledo, donde ingresó en 1969 siendo entonces uno de los primeros depósitos de sus colecciones.

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