Sus esculturas han ocupado -y ocupan- rincones de ayuntamientos, museos, facultades y otros edificios. También espacios al aire libre, como ocurre con el coche localizado en los comienzos de la calle Ordoño II o el particular ‘photocall’, al final de la misma calle, frente a la escultura de Guzmán ‘El Bueno’. No sólo eso, sino que compagina su tarea artística con una labor como profesor de Educación Plástica y Visual y Expresión Artística en el colegio marista San José.
Y, como demuestra en sus clases ya desde hace tiempo, Carlos Álvarez Cuenllas mostró el pasado 6 de febrero su característico interés por el fenómeno de la Inteligencia Artificial durante una conferencia que tuvo lugar en la sede leonesa del CFIE, en una sesión del curso ‘Digitalización, sostenibilidad, inclusión, internacionalización y EFFA en el Marco Erasmus+’. «Una herramienta con la que se pueden generar imágenes», presentó así a su compañera IA: «Lo que hace que estudiantes que tal vez no sobresalgan por su destreza con los lápices o pinturas puedan ser, sin embargo, capaces de realizar trabajos plásticos con acabados atractivos».
¿Cómo sería un cuadro de Velázquez pintado por Picasso? ¿Cuál hubiera sido el resultado de ‘La noche estrellada’ bajo los pinceles del andaluz? ¿Qué sería de la Gioconda en un contexto distinto al suyo? Son preguntas que Cuenllas ha hecho plantear a sus alumnos, ya que, en sus palabras, «los trabajos en los que se pide generar imágenes con IA no sólo persiguen objetivos puramente artísticos». Y lo cierto es que, cuando uno de sus pupilos plantea en su pensamiento la imagen de un cuadro de Velázquez pintado por Picasso, ha de hacer un buen repaso sobre las obras de uno y otro hasta dar con la idónea. Igual que escudriñar a una Mona Lisa en pleno descubrimiento de América obliga al estudiante a conocer la historia del mismo, «además de la identificación del personaje pictórico». Todo responde a la premisa del docente y al «doble objetivo didáctico» de la mayoría de sus trabajos. «Se trata de aprender, no sólo a nivel práctico, sino a nivel teórico, en una primera fase del trabajo, en la que el alumno debe investigar y buscar información», dilucida el escultor: «Se trata de aprender sin ser consciente de que con esas búsquedas se está realizando un aprendizaje».
Un aprendizaje inconsciente que, sin embargo, azota el conocimiento de los alumnos acercándoles al manejo de herramientas como Adobe Fire Fly, Bing, Pixar, Free Pik Wepik, Deep Dream Generator, Canva, AI Imagen Editor, Fotor y muchas más. Nada parco de relevancia si se tiene en cuenta, como indica Cuenllas, que este fenómeno seudo novedoso «augura una revolución y un shock similar al que supuso la invención de la fotografía para el mundo de la pintura».
Tareas como la creación de imágenes que representen climas, regiones, técnicas pictóricas, la conversión de cuadros o esculturas de la historia del arte en dibujos de cómic, la sustitución de un personaje en un cuadro por el rostro de un estudiante, la elaboración de un marcapáginas para regalar a los peregrinos del Camino de Santiago o diseños de postales de León, de carteles para las fiestas del colegio o de la Semana Santa y portadas de libros, ilustraciones para poemas, ropa, murales, carátulas de discos o, incluso, museos virtuales forman parte de la nómina de ejercicios en que el alumnado del escultor invierte su tiempo. «En ocasiones, se trata de que los trabajos puedan tener una función más allá del aula, que a veces vale de motivación a los estudiantes», aclara. Tanto es así que un grupo de cuatro alumnos -Carlos, Gabriel, Lucas y Nacho- trabaja con el profesor en la creación de un museo de artistas leoneses y en la puesta en marcha de otro centro museístico, dedicado exclusivamente a albergar obras de arte conseguidas con Inteligencia Artificial.
«Por otra parte, otro de los trabajos consiste precisamente en que los propios estudiantes se conviertan en creadores de trabajos con IA partiendo de las premisas anteriores», añade el docente: «Desde luego, siempre hay que tener en cuenta que, a pesar de la IA, los trabajos realizados por estudiantes no son comparables a los que puede realizar un profesional del diseño».
Sobre todo ello versó la conferencia a cargo del escultor y docente en el colegio marista de la capital provincial, Carlos Álvarez Cuenllas, a principios de este mes. Una conferencia durante la que el artista no se olvidó de hacer hincapié en esa corriente habitual y temerosa respecto al uso de la Inteligencia Artificial. «El uso de la IA requiere unas reflexiones previas, que se realizan en el aula, sobre sus pros y contras», finalizó: «El uso de la IA tampoco es siempre tan sencillo y directo como la gente cree; requiere mucha práctica ser capaces de expresar por escrito lo que tenemos en nuestra cabeza y hacerlo de la manera que la Inteligencia Artificial lo entienda y lo interprete como nosotros».