Fue uno de esos personajes singulares de los que ha disfrutado el valle de Laciana. Gallego de nacimiento (Viveiro, 1865), fue profesor y director de la Escuela de Sierra Pambley de Villablino durante veinticinco años, desde 1888 a su muerte. Durante este periodo, el centro alcanzó su etapa de mayor esplendor, tanto por el desarrollo cultural de sus alumnos, emigrados como empleados o emprendedores de comercio en todo el mundo, como por la intensa tarea de investigación, promoción y estímulo que sus profesores llevaron a cabo en relación a las industrias lácteas.
Eduardo Carbajo las reunió, transcribió y tradujo al castellano y se publican dentro de los actos del Centenario Al margen de ello, que ya sería más que suficiente, Alvarado desarrolló una notable labor social, cultural y etnográfica. Algunos de los frutos de esta labor ya han visto la luz, como la reedición que en 2010 realizó el Club Xeitu de la ‘Colección de cantares de boda recogida en el Valle de Laciana, Babia y Alto Bierzo’, que ya se habían publicado en 1919 pero muy difíciles de localizar.
En este 2014 se cumplen los 100 años de la muerte de Alvarado y se han venido celebrando algunos actos en su memoria. El Club Xeitu ha querido cerrar este 'año Alvarado' con otra publicación realmente singular, curiosa e inédita: El libro 'Cousitsinas', una de las colecciones de adivinanzas más numerosa de España, que Alvarado compiló en paralelo a los cantares de boda de Laciana, Babia y Alto Bierzo y que permanecían inéditas.
Eduardo Carbajo y Manuel Sierra
Para sacar adelante este proyecto de Xeitu hay otros dos nombres fundamentales: Eduardo Carbajo y el pintor lacianiego Manolo Sierra. Víctor del Reguero, responsable de la edición explica la participación de estos dos personajes:"Eduardo Carbajo, escritor y divulgador del patsuezu y miembro del Club Xeitu, ordenó las cousitsinas y las trascribió tanto al castellano como al patsuezu, por encargo mío, para esta edición, falleciendo hace ahora un año sin poder ver el trabajo publicado. Se trata por tanto de una obra póstuma de ambos, que ha sido ilustrada por el pintor lacianiego Manuel Sierra".
Hoy se presenta en Villablino
Y así fue como se convirtió en realidad este singular proyecto, seguramente uno de los libros más curiosos que se han editado en los últimos tiempos y que hoy mismo, viernes, se presenta en la Iglesia de San Miguel de Laciana, a las 13 horas, con la celebración de un 'calecho de amigos', con el editor y escritores y periodistas, como el director de La Nueva Crónica, David Rubio. La fecha no ha sido elegida al azar sino que se hizo coincidir con la fiesta del antiguo patrono de Villablino (San Esteban) y en San Miguel en homenaje a Eduardo Carbajo.
La compilación, una de las más numerosas de España, ha sido ilustrada por el pintor lacianego Manuel Sierra También está meditada la fórmula de un viejo calecho pues el propio Eduardo Carbajo escribía en el prólogo de esta recopilación deadivinanzas que "estas cousitsinas, yeran las qui cuntábanse nus calechus ya nus filandones fai muitus anus. Yera cunu qui pasaban’l ratu, ya pa que lus nenus nun se tses piechara la motsera. Yera una forma de pasalu entreteníu, n’aquetsas nueites de iviernu, onde lus nenus nun faían outra cousa, ya la xente mayor tampoucu".
No hace falta traducirlo, viene a decir que las cousitsinas eran para los calechos, que es lo que hoy se hace en Villablino, una vez más.
Un calecho con los nombres de Alvarado, Carbajo, Sierra y Víctor del Reguero, que también estará presente. En el prólogo del libro el jefe de servicio de Cultura de la Junta en León ahonda en esta relación entre el libro y el calecho."De los calechos lacianiegos salieron buen número de acertijos de los recogidos por Juan Alvarado, incluidos en esta publicación. Las adivinanzas son rica herencia de la cultura oral desde épocas remotas. La primera que se conoce, escrita en una tablilla, data de los tiempos babilónicos y son frecuentes en textos antiguos. Casi todas las formas de acertijos se empleaban ya en la Grecia antigua. Se dice que Homero murió de frustración al no ser capaz de resolver un acertijo que le propusieron unos pescadores y que decía: "Lo que hemos cogido, lo hemos dejado, lo que no hemos cogido, lo traemos".
¿La solución para no acabar como Homero? Pues hoy en el calecho o siempre en el libro de cousitsinas.