Arraigo y acupuntura

Ana Barrios ha apostado por el arraigo en las tierras del Torío, donde llegó hace 20 años. Hace un año que ha abierto una sala de acupuntura, quiromasaje y osteopatía en Manzaneda, después de años de estudio

Fulgencio Fernández
10/10/2021
 Actualizado a 10/10/2021
El clima de tranquilidad que se respira en la casona que ha rehabilitado, cree Barrios que es muy positivo para el ánimo de los pacientes de Tres Gunas.
El clima de tranquilidad que se respira en la casona que ha rehabilitado, cree Barrios que es muy positivo para el ánimo de los pacientes de Tres Gunas.
Cuando Ana Barrios –y su pareja Óscar- llegó en 2001 a las tierras del Torío decidió hacer de ellas su casa. De hecho no descansó hasta hacerse con una casonade viejos pastores en Manzaneda. Todavía hoy, ya reformada y restaurada, los cencerros colgados detrás del portón sirven de timbre. En realidad para Ana Barrios era como un regreso a la sangre, su abuelo, minero, está enterrado en Garrafe, «pero no somos autóctonos, a veces aún nos lo recuerdan».

Y, sin embargo, ha apostado siempre Ana por mantenerse en esta tierra, en la que ha sido trabajadora social, hostelera, terapeuta en una residencia de ancianos en Vegacervera y desde 2020 al frente del centro ‘Tres Gunas’ en Manzaneda de Torío, donde ofrece servicios de «acupuntura, osteopatía y quiromasaje».

- Al fin creo que he encontrado mi lugar en esta comarca y mi trabajo; dice convencida en el patio de la remozada casona, con un corredor de esos que siempre invita a sentarte y disfrutar del día y el paisaje. «Creo que es importante el lugar donde trabajas. Yo ofrezco la posibilidad de ir a las casas de los pacientes o que ellos vengan y para los que lo hacen que el lugar sea acogedor también es muy importante, muchos me lo dicen cuando ven la huerta, la casa, la tranquilidad.
- ¿E ir a las casas?
- Hay gente que lo prefiere. Se siente más segura en su casa, en su ámbito, y más durante esta pandemia que tanto miedo nos ha metido en el cuerpo. Ellos eligen, yo voy o ellos vienen.

También la pandemia anda por medio en el nacimiento de Tres Gunas, que así se llama el centro que ha abierto Ana Barrios. «Es una expresión con raíces en el yoga, se refiere a los tres estados de la ; que puede presentarse relajada, alterada o en equilibrio, que a fin de cuentas es lo que buscamos, un equilibrio físico y mental».

Abrió Barrios Tres Gunas pocos días antes de declararse la pandemia, «por lo que nos vimos obligados a cerrar a las pocas semanas. Fue un contratiempo pero aprovechamos para hacer arreglos, una entrada independiente a la sala de Tres Gunas y otra para la casa...».

Había sido Ana Barrios trabajadora social en la comarcay hostelera, hasta que en 2014 comenzó a estudiar ‘en serio’ algo que siempre le había llamado la atención, la atraía: la acupuntura, quiromasaje, la osteopatía. «Cursé los estudios en la Escuela ESTP de León, finalizándolos en 2018, aunque me sigo formando»

- ¿Qué se puede tratar con estas técnicas?
- Abarca muchos campos. Desde migrañas a insomnio, depresión, ansiedad, problemas ginecológicos, menstruales, alteraciones estomacales o de carácter aparentemente más físicos como esguinces, ciáticas... todo aquello que requiera un equilibrio físico y emocional, para lo que le dedico mucho tiempo a los pacientes pues en muchas ocasiones es fundamental hablar, escucharlos, hacer terapias muy personalizadas pues en sus explicaciones puede estar la causa de sus padecimientos.

Después de trabajar en la hostelería, como trabajadora social... me decidí a estudiar algo que siempre me había atraido mucho, la acupuntura, osteopatía, quiromasaje Se muestra muy satisfecha de cómo ha sido recibida en la comarca y en otras vecinas, de cómo ha empezado a trabajar. «Me van conociendo y creo que me van entendiendo. Es cierto, que algunos de los pacientes que llegan ven la acupuntura, por ejemplo, como último recurso, ya han intentado otras cosas, y hasta llegan con cierto miedo pues es algo para ellos desconocido. Cuando ven la evolución su reacción es muy buena, se dan cuenta de que a veces lo que parecía un problema físico realmente lo es emocional. Y en ese aspecto ayuda, como te decía, el ambiente de la casa, que no abusamos de la medicación, que a veces han utilizado de manera excesiva».

Ana coge sus perros y se va a dar un paseo por el monte. Al despedirse insiste. «Creo que he encontrado lo que perseguía. Y donde lo buscaba, aquí en las tierras del Torío.
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