¿Arrieros? pues maragatos

Un libro póstumo de Esteban Carro Celada recupera la aventura empresarial de los arrieros de Santiago Millas que crearon la Empresa de Diligencias del Poniente de España

F. Fernández
31/12/2014
 Actualizado a 17/09/2019
Parada de arrieros maragatos en Laciana. | FAMILIA COSMÉN
Parada de arrieros maragatos en Laciana. | FAMILIA COSMÉN
Cuando se pronuncia la palabra arrieros surge de manera espontánea el apellido «maragatos». Los hay de otras tierras pero en esta comarca leonesa es un sello de identidad.

Seguramente por eso un periódico, digital pero periódico a fin de cuentas,que se llame Astorga Redacción no necesita darle muchas vueltas al asunto a abordar para inaugurar su faceta editorial. Yasí lo han hecho y hace unos días han presentado ‘Arriería Maragata: Empresa de Diligencias del Poniente de España’, del que es autor el fallecido Esteban Carro Celada. «Se trata del primer libro de la editorial ‘Astorga Digital’, con la cual pretendemos vincular a nuestros lectores digitales mediante productos culturales de interés para las comarcas comprendidas entre los Montes del Teleno y las vegas de los ríos Órbigo y Tuerto», explica Toñi Reinares, responsable del proyecto.

Si la arriería es sinónimo de maragata no menos lo es el autor, Esteban Carro Celada, un nombre que no se ha borrado del recuerdo de las gentes de aquellas comarcas. «Entre el abultado archivo que dejó este escritor y periodista astorgano tras su trágica muerte, ahora se cumplen 40 años, se encontraba este ‘Arriería Maragata: Diligencias del poniente de España’, un libro que muestra con todo lujo de detalles la aventura empresarial de un grupo de maragatos de Santiagomillas, entre los que se encontraba Santiago Alonso Cordero, el Maragato Cordero».

El libro recoge la constitución de la empresa de pasajeros de largo recorrido, que realizaba el trayecto de La Coruña a Madrid justo en tres días con sus noches, también el mundo de los arrieros con sus mayorales experimentados, que en ocasiones eran tentados por las empresas rivales, con sus zagales, a menudo broncos y navajeros. «También cuenta el viaje contratado por la Casa Real para desplazar a la Reina Madre, María Cristina, a orillas del mar Cantábrico para pasar las vacaciones, un viaje que les dará prestigio y nada más porque nunca llegaron a cobrar la deuda generada. También están reflejados los problemas de las carreteras en invierno y un sinfín de anécdotas sabrosas. La empresa se disolvió el 31 de octubre de 1854, tras poco más de dos años de existencia, todas ellas contadas con un estilo ameno y periodística», señala Toñi Reinares.
Lo más leído