La presencia del arte parece imprescindible para el ser humano». (María Gª Castro. Pintora).
Caminamos hoy junto a una pintora que recién instalada como habitante en tierras leonesas las escoge desde el sentimiento pues en ellas tiene sus raíces maternas. Aquí ha venido pasando temporadas hasta que, hace un año, se han dado las circunstancias para su traslado definitivo, una decisión largamente acariciada. María García Castro (Madrid, 1975) es una doctora en Química formada en artes plásticas entre la Complutense y la Universidad de Alcalá que un buen día decidió dedicarse de lleno al mundo del arte montando su propio estudio y compaginándolo con las exposiciones de sus obras y la participación en diversos proyectos artísticos a los que siempre llega «a través de amigos», como el proyecto sobre Josefina Aldecoa, protagonizado por mujeres, en el que recala tras un primer acercamiento e interés por el realizado por muchas compañeras en torno a Concha Espina. Y es que considera que este tipo de propuestas no solo son muy estimulantes desde el punto de vista artístico sino que contienen un cierto «deber de dar repercusión a alguien a quien se lo negaron, por su sexo y por su mentalidad», un proyecto que le está permitiendo no solo conocer a otras artistas, «personas con las que entenderme y con propuestas afines», también León en toda su amplitud a través de los lugares en los que la muestra recala –con su geografía, su historia, su paisanaje–, mientras aporta, junto con las demás, su propia voz.
Elige para quedarse (y así lo hace desde hace meses) Castro del Condado, el pueblo de su familia materna, en un particular acercamiento del que dice «adoro la zona y su naturaleza, su ritmo» y donde encuentra los paisajes llenos de luz e intensos cromatismos que disfruta plasmando en trabajos al aire libre, una de las facetas pictóricas de la que ahora mismo está disfrutando plenamente. Junto a ello, el próximo día 8, en una semana, abrirá su nuevo estudio de pintura en León que, como el que tenía en Alcalá de Henares, llamará ‘Primer Término’ y que reabre aquí con la misma idea: facilitar el acceso de quien se interese por ello sobre todo a clases de dibujo y pintura con diferentes técnicas, pero también a talleres monográficos para conocer a fondo los materiales pictóricos y técnicas de Bellas Artes como grabado o escultura, en un intento de ofrecer una formación concreta y adaptada a lo que cada cual quiera aprender, una idea de aprendizaje muy dinámico y en crecimiento continuo. Además, se trata también «de abrir un espacio de comunicación entre artistas», y quizá por ello la inauguración ofrecerá una velada en la que se darán cita artes diferentes en un acercamiento muy particular al público asistente.
El interés por los procesos creativos, a los que llegó a través de una de sus profesoras, «que me enseñó a pintar», junto a las continuas visitas a exposiciones, a los museos de Madrid y Cuenca (que inicia junto a su padre –al que le encantaba la pintura– en su época adolescente), y su interés por la botánica y la anatomía, han convertido a María Gª Castro en la pintora que es hoy, que llega a la pintura a través su pasión por el dibujo y su deseo por aprender a manejar el color en el mismo, un camino técnico al que une la intensidad de las experiencias más internas; un camino que comienza con varios años de asistencia a un taller de cerámica y escultura, practicando también grabado, collage, ..., «porque hay cuestiones de dibujo o volumen que puedo entender mejor con estas otras técnicas». Para ella el arte es «una manera ahondar en la realidad que no tiene fin» y una búsqueda de diferentes aspectos a los que le gustaría dar forma a través de este medio y quizá por ello se plantea un trabajo de aprendizaje continuo que intenta mostrar sobre todo a través del dibujo y la pintura (con lapicero, bolígrafo, pastel u óleo…) y que compagina con el de «tratar de enseñar a ver» a quienes se ponen en sus manos. Así mismo cree en la interrelación de las artes, aunque en lo relativo a otras como la literatura o la música, con las que a veces colabora desde su perspectiva plástica, «prefiero el trabajo de otros».
Con referentes clásicos y otros más actuales como José Luis Corella, el leonés Félix de la Concha (en cuyos talleres de Fabero ha participado) Irene Cuadrado, Alberto David Fernández Hurtado, o Isabel Quintanilla y Alejandro Decinti –estos últimos del grupo de Antonio López–, María García Castro pasa con sus proyectos a integrarse en el panorama artístico leonés, definiendo sus prioridades entre «dibujar, pintar, dar clase, investigar, es lo que hago y haré a medio plazo». La conoceremos a través de su estudio, de su doble participación en el proyecto de Josefina Aldecoa y de los que ahora mismo prepara, como la colaboración con la escritora Cristina Flantains. Un nuevo perfil artístico para no perder de vista.
Atrapada por el paisaje leonés
María Gª Castro es doctora en Química que un buen día decidió fijar su residencia en León y dedicarse de lleno al mundo del arte
01/10/2019
Actualizado a
01/10/2019
Lo más leído