Continúa el festival de microteatro ‘Bajo Tierra, artes de lo mínimo’ que dio comienzo el martes, 30 de julio, y ya ha rodado por numerosas localizaciones de la provincia de la mano de compañías y grupos llegados de distintos puntos de la geografía española.
En palabras del impulsor de la iniciativa y alcalde de Gordoncillo, Urbano Seco, este festival nace en 2020 en plena pandemia, con la intención de hacer accesible al público general un «formato de muy pocas personas con actores que pueden trabajar en cualquier espacio». El impulsor habla de un «éxito rotundo» que comenzaba desde el Ayuntamiento de Gordoncillo y el de Valderas y ahora aglomera en un mismo proyecto a varios consistorios de la provincia.
«Además, es una forma de dar visibilidad a esa arquitectura bajo tierra que es la bodega y que desde los años setenta ha ido quedando en desuso y ha empezado a deteriorarse», señala el regidor: «Sin necesitar ningún tipo de construcción, estas localizaciones son centenarias; hay bodegas que tienen hasta seis siglos». A su modo de ver, el festival «cumple una doble función: visibilizar esta arquitectura que tenemos, sobre todo, en el sur de León y, por otra parte, mostrar que todo lo que tiene que ver con la cultura del teatro se puede representar en una bodega, donde las olas de calor no pasan de los 16 grados».
Historia y cultura vinícola se aúnan de esta forma en la bodega La Vita, localizada en la calle homónima de Gordoncillo. Un espacio que este viernes se transforma también en todo un escenario de microteatro de la mano de la compañía Pez Limbo, fundada en 2011 y creadora de 15 espectáculos tanto de calle como de sala, con alrededor de 900 representaciones a sus espaldas.
Su obra ‘¿Espinazo o callos?’ aterriza en la bodega leonesa durante tres pases con una duración aproximada de 15 minutos cada uno: a las 18:00, a las 19:00 y a las 20:00 horas. A las tablas, el grupo de artes escénicas sube «una pieza de pequeño formato de humor traidor para ser representada en cualquier espacio con el público cercano». En ella, «una mujer en aprietos acude al que fue su carnicero de confianza para pedirle algo pocon corriente. La situación resulta comprometida más aún por la presencia de otras personas que se convertirán en testigod de una carnicería improvisada».
Vecinos y visitantes que quieran disfrutar de la obra pueden adquirir sus entradas por 2 euros en la oficina de turismo de Gordoncillo, en su sede consistorial o en el mismo lugar de celebración del evento.