"La belleza de aceptar" fruto de una IA manejada por Raúl Ordás

El artista presentó este miércoles sus obras ‘Carmen I y II’ en el Camarote Madrid de la capital provincial

13/11/2024
 Actualizado a 13/11/2024
Raúl Ordás y su obra detrás. | VICENTE GARCÍA
Raúl Ordás y su obra detrás. | VICENTE GARCÍA

«El tiempo susurra su poesía en cada pliegue de la piel». Así lo escribe el artista Raúl Ordás, autor de colecciones como ‘Flowers’, expuesta hasta hace poco en Espacio E. Esta vez, lo escribe sobre sus piezas ‘Carmen I y II’, visibles desde este miércoles en el Camarote Madrid. Dos piezas perteneciente a su serie ‘Pathos’, que alude «a esa emoción exacerbada» subyacente en el término griego, hilo conductor de un total de 18 imágenes que sacan lustre a diferentes tipos de sentimientos. «Desde los religiosos hasta la desperación o el amor», explica el artista, que plasma en sus imágenes de ‘Carmen’ «la calma, la aceptación» de la senectud.

«Toda mi obra está hecha con Inteligencia Artificial», relata el autor: «Carmen es un personaje inexistente, pero sirve como lienzo para plasmar esa idea, esas sensaciones, esos sentimientos». Ordás expresa que, dentro de todas las opciones disponibles a través de la IA, las escogidas son las que mejor reflejan todo aquello que le interesa al artista. «Todas esas arrugas que consiguen plasmar todos esos años de sufrimiento», describe: «Esa cara que trasmite paz y esa belleza de la imagen en sí». 

Entre la controversia que acaece diariamente en el debate sobre el uso de la IA, el autor de ‘Carmen’ escoge aferrarse a una herramienta reciente que parece haber llegado para quedarse. «Por suerte o por desgracia, ocurrirá como en revoluciones anteriores: habrá que reinventarse», analiza y hay quien dice que la Inteligencia Artificial es la nueva Revolución Industrial: «Lo que está claro es que, a nivel laboral y a nivel artístico, quien no use la IA no va a ser competitivo y eso sería como negarse en su momento a utilizar la electricidad o negarse a usar la cámara fotográfica».

De esta forma, fruto de una inteligencia manejada por los objetivos de Raúl Ordás, nacen estas imágenes que, como su propio autor indica, son «retrato de la belleza en su estado más puro: la belleza de aceptar, de comprender, de haber vivivo y de habitar ahopra en la plenitud de la calma».

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