Carlos Muro: "No me parezco a otros pintores"

Pintor de cuadros de gran formato con el blanco y negro como principal referente, expone sus trabajos más relevantes en la galería Alemi hasta el 22 de enero

Vicente García
16/12/2020
 Actualizado a 16/12/2020
El artista Carlos Muro posa ante su último cuadro de caracolas. | VICENTE GARCÍA
El artista Carlos Muro posa ante su último cuadro de caracolas. | VICENTE GARCÍA
Carlos Muro es un pintor tardío, aunque de joven vocación pues desde pequeño pintaba bien pero su vida tomó otros derroteros trabajando en una empresa hasta que la dejó por la pintura, para hacerse profesional de este arte, y reconoce que «la pintura me cambió la vida porque cuando uno se mete en la pintura ya no piensa más que en ella y yo me paso horas y horas con la pintura». Sus cuadros son personales porque busca su propio estilo y lo dice así: «He intentado tener personalidad propia, que mis cuadros se reconocieran. Nunca me ha interesado cómo pintan los demás, mi pintura es propia y personal, yo no tengo nada que ver con los demás pintores».

También se ha dedicado a la obra más íntima y personal, como el cuadro de sus cuatro yoes, que es uno de los que se ven nada más acceder a la exposición, muy valorado en el panorama nacional e internacional. Con sus 73 años está intentando buscar su toque personal definitivo y se encuentra inmerso en varios proyectos, pero siempre en blanco y negro, buscando como él mismo dice la sencillez: «para trabajar en blanco y negro tengo que ver la valoración de luces, las composiciones y todo lo que hago es buscar la simplicidad, la sencillez».

Hay un pintor que es Morandi que realiza sus obras a partir de color, la base de su pintura es el color y si se le quita el color algo queda pero no mucho. Lo que quiere hacer es, con sus elementos, dibujar componer quitando ese color. Su estilo se decide con los primeros balbuceos de la fotografía digital, pues cuando comenzó en la pintura, pintaba en óleo, en blanco y negro y le regalaron la primera cámara digital que apareció, una kodak de 300x400 píxeles y lo explica así: «empecé a descubrir cómo fundía los píxeles para crear los distintos tonos en blanco y negro y empecé a maquinar mi pintura pensando en ello y trabajo de ese modo. Llevo veintitantos años investigando sobre esto y es una pintura única en el mundo, no hay nadie que lo haga igual, como si fuera dibujo, pero en acrílico». Eso se nota claramente en su obra que parece estar compuesta por formas similares a los píxeles y con un sistema especial de fusión de tonos, muy relacionado con la fotografía digital en sus primeros tiempos.Tiene un largo historial y numerosos proyectos y ello se refleja en sus exposiciones actuales. Como él mismo afirma: «Estoy haciendo dos exposiciones paralelas, una en Murcia y ésta de León y mientras a la primera he llevado lo más novedoso, los trabajos en los que estoy ahora, aquí he traído lo mejor que tengo».En la exposición de la sala Alemi de León se pueden ver las piezas más representativas de su obra: los grandes paisajes, obras que hizo para las galerías en las que ha trabajado, además de una pieza sobre la espuma del mar, dos de desnudos con sensibilidad pura, y algunos cuadros nuevos que está realizado: estanterías con botellas y copas, caracolas, un tintín muy especial y un pequeño desnudo.Para realizar sus piezas en la actualidad está recurriendo a escenarios creando maquetas propias, con figuras de plástico, son las que están en la exposición de Murcia y es en lo que actualmente trabaja.Y en ese proyecto actual en el que el volumen de las estanterías está relleno con objetos como botellas, copas, tazas y jarras, todas ellas en blanco como él mismo señala: «Me gusta hacer los cuadros con cosas blancas, trabajaba con bolas de poliestireno expandido y las pintaba en cuadros enormes, ahora compro los distintos elementos: botellas, copas, jarras y al llegar al estudio los pinto de blanco». Eso da a los objetos una sensibilidad diferente a la que tendrían en los tonos grises de su color.En el cuadro de la espuma del mar no pinta las olas sino la espuma que tiene la calidad del blanco que es el tono que más le gusta.

En cuanto a los retratos que presenta en esta exposición tienen una calidad y una fuerza extraordinarias. Como él mismo explica: «Mi especialidad no es el retrato pero durante mucho tiempo he investigado los conocidos retratos de grandes artistas y me he preguntado por qué si en el mundo hay millones de retratos, sólo hay diez que son considerados arte, he analizado esos diez y he intentado hacer arte con mis retratos, para poder entrar con un retrato en ese mundo tan raro que hay del retrato que sea arte. No hago retratos de encargo pero me gusta hacerlos buscando una obra de arte».

La pandemia ha cambiado todo en el arte, pues ha sido necesario variar las fechas de las exposiciones y modificar la forma de pintar de los artistas, pero durante el confinamiento ha sido un período en el que los creadores han mirado a su interior para sacar lo más positivo de sus ideas. Carlos Muro nos presenta en su exposición algunas de esas piezas más novedosas creadas recientemente y esperamos que vengan a contemplarlas en la sala Alemi hasta el 22 de enero.
Archivado en
Lo más leído