El Museo Casa Botines Gaudí ha querido sumarse a la celebración del 75 aniversario del fallecimiento del artista belga James Ensor (Ostende, 1860-1949), considerado uno de los creadores más importantes e influyentes de la Europa de los siglos XIX y XX y un verdadero precursor de las vanguardias, especialmente del surrealismo y del expresionismo, con la exposición ‘James Ensor: la belleza inefable’, que reúne sesenta piezas originales del artista, incluyendo grabados, litografías, óleos y un pastel, y veinte obras de otros artistas relevantes que se ponen en diálogo con las del maestro flamenco, como es el caso de Francisco de Goya, Darío de Regoyos y José Gutiérrez Solana.
La muestra producida por Fundos podrá visitarse hasta el próximo 19 de enero y es una oportunidad única de poder ver reunidas en una exposición obras procedentes de la antigua colección del bibliotecario bruselense Paul van der Perre, que fue amigo personal de James Ensor y que publicó varios estudios sobre sus grabados. Entre las piezas originales que pueden verse en León se encuentran dos grabados de difícil localización, de los cuales solo existen diez ejemplares en el mundo. También destacan cuatro grabados coloreados a mano por el propio Ensor.
En la presentación a los medios de la exposición ‘James Ensor: la belleza inefable’, el director del Museo Casa Botines Gaudí, Raúl Fernández Sobrino, destacó que esta exposición es la única en España que ha sido incluida en el programa ‘Ensor 2024’ impulsado por el Mu.ZEE de Ostende, el KMSKA deAmberes y el Gobierno de Flandes. «Nos hemos encomendado la misión de acortar los más de 1.500 kilómetros que separan León de Ostende (ciudad natal del artista)», indicó Fernández Sobrino, que ha querido también «hacer una llamada a la comunidad belga de toda España para que visiten Casa Botines, ya que uno de sus compatriotas y referentes en el acervo artístico de Bélgica, vive durante estos meses en la capital leonesa».
Carlos Varela, co-comisario de la exposición, responsable de exposiciones y colecciones de Fundos y conservador jefe del Museo Casa Botines León, señaló la importancia de reunir también en la exposición una veintena de obras de Goya, Darío de Regoyos y Solana, que fueron, en el caso del primero, una gran influencia para Ensor al ver «un precedente de la innovación, de la liberación del arte, de la liberación de las ataduras, de muchas formas estilísticas que después utilizó para sus grabados», indicó Varela, que recordó De Regoyos fue amigo personal de Ensor mientras que Gutiérrez Solana fue un artista español que se vio muy influenciado por el artista de Ostende.
El también comisario y coleccionista de arte, Juan San Nicolás Santamaría, cerró el turno de intervenciones indicando que, al contrario que Regoyos, James Ensor sí que se dedicó profesionalmente al grabado. «Llegó a hacer 133 grabados, de los cuales 58 forman parte de esta muestra, por lo que se puede decir que hay una buena representación de ellos y, sobre todo, las obras importantes por su temática y por su ejecución están aquí presentes».
Otras características de la obra de James Ensor, que también se aprecian en Darío de Regoyos y en otros artistas de la época, es su afición y conexión con la literatura y con la música. El comisario destacó el hecho de que Ensor fuera rechazado por ser un pintor expresionista y nada convencional, aspecto este que el artista quiso reflejar en su monumental obra ‘La entrada de Cristo a Bruselas’.